El jamón se lanza a la conquista del gigante asiático. China abrió ayer su inmenso mercado de 1.300 millones de habitantes a la exportación de carne de porcino español tras rubricar con el Ministerio de Agricultura un protocolo que establece los requisitos de sanidad y salud pública que se exigirán a los productos cárnicos españoles.
El acuerdo definitivo será sellado el próximo mes de septiembre en Pekín y las exportaciones podrían arrancar entre octubre y noviembre, según indicaron fuentes del sector. Así se cierra un proceso negociador que arrancó hace dos años pero que no recibió un impulso definitivo hasta la visita que los Reyes de España realizaron el pasado mes de junio al país asiático, con motivo de la celebración del Año de España en China.
Antes de dar su aprobación, un equipo de la Administración de Supervisión, Inspección y Cuarentena Animal de la República Popular China ha recorrido durante 15 días las comunidades de Andalucía, Castilla y León, La Rioja, Murcia y Valencia para evaluar sus servicios veterinarios.
La visita ha comprendido también siete de las mayores explotaciones ganaderas del país, cuatro laboratorios de ámbito regional y estatal, una granja y un Puesto de Inspección de Fronteras. El periplo finalizó ayer con la firma del protocolo a cargo del director general de Ganadería del Ministerio de Agricultura, Carlos Escribano, y el jefe de la delegación china, Wang Jun Shuang.
Sin embargo, este acuerdo no supondrá que los chinos se conviertan de la noche a la mañana en consumados violinistas ni que la tostada de jamón vaya a ser en breve la reina del desayuno pekinés. "No es verdad que se vayan a poner a comer jamón como locos, porque China no busca el ibérico sino la carne de cerdo blanco", indica Julio Revilla, presidente de Iberaice, la rama del ibérico de la patronal cárnica Aice.
Revilla, que también dirige Consorcio de Jabugo, explica que la cabaña porcina china está afectada por la oreja azul, una enfermedad infecciosa que está ocasionando el sacrificio de miles de cabezas a la semana. "Tienen un problema de suministro para abastecer a su población de su proteína fundamental", relata el presidente de Iberaice, que saca a colación que el Gobierno chino ha firmado en estos días acuerdos similares al español con Dinamarca y Francia.
No obstante, Julio Revilla reconoce que "es una oportunidad" para que el sector del cerdo ibérico acceda a la "pequeña porción" de la población que disfruta de un alto poder adquisitivo. En un país de tan inmensas proporciones, ese "pequeño" segmento supone 30 millones de potenciales consumidores, un poco menos que el mercado español. Y si su crecimiento económico se mantiene al ritmo actual, la cifra se multiplicará por diez en una década.
España produce anualmente 3,2 millones de toneladas de carne de porcino, de las que exporta más de 600.000. El sector del ibérico factura 2.000 millones de euros, de los que el 40 por ciento corresponde al jamón, y Andalucía aporta un tercio de la producción. Tan sólo el 5 por ciento de los 46 millones de jamones y paletillas producidos en 2006 salió fuera de nuestras fronteras, según la patronal.
El presidente de Iberaice se muestra cauto a la hora de hacer previsiones sobre China, porque "ahora hay que adaptar el jamón a su cultura culinaria". "Nos centraremos en ciudades como Shanghai o Pekín, donde vive la población con más posibilidades económicas", indica Revilla, que insiste en que será "un largo proceso de no menos de cinco años, como en Japón". "Si conseguimos exportar un 1 por ciento de la producción será ya un éxito", manifiesta.
Por ello, el presidente de la patronal lanza un mensaje de calma: "El jamón ibérico seguirá siendo para los españoles". A no ser que los chinos adapten su cocina al jamón tan bien como el comunismo a la economía de mercado