ARGENTINA. Un faro para la producción porcina

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By Redacción Infopork

Desde hace 30 años, la unidad demostrativa es referente en la producción a campo.

Promediando la década de 1970, la producción agrícola combinada con la porcina se desarrollaba en un amplio espectro de pequeños productores del área del Inta Marcos Juárez, aplicándose un mayor nivel de tecnología en los cultivos de cosecha.

Según un trabajo de campo realizado por técnicos del Inta Marcos Juárez en 1977, no se visualizaban para explotaciones de ese tamaño (50-100 hectáreas) alternativas para minimizar el riesgo económico financiero, utilizar en forma eficiente sus factores productivos abundantes (mano de obra), mantener una rotación de cultivos que preserven la fertilidad y estructura del suelo, y producir un ingreso suficiente para brindar un nivel de vida aceptable a la familia y poder reinvertir capital, una posibilidad esquiva para esa franja de establecimientos.

Referente nacional. La creación en 1978 de la Unidad Demostrativa Agrícola Porcina en el Inta Marcos Juárez significó en el tiempo, a 30 años de su puesta en marcha, bastante más que la atención a una demanda de información de esos tiempos. Se convirtió en un referente nacional tecnológico de la producción de cerdos a campo, en un centro de capacitación para productores, estudiantes y profesionales y sirvió de marco para la creación de Fericerdo, a la fecha la única exposición del sector porcino en el país.

"Podríamos llamarla una chacra dentro de una estación experimental", explica Santiago Caminotti, técnico del equipo que comenzó la tarea y responsable de la unidad hasta su jubilación hace algunos años.

"Se trató de simular, lo más posible, lo que ocurriría en un establecimiento en cuanto a su forma de trabajo y con las tecnologías que pensábamos que se deberían aplicar; a su vez se llevaban libros de contabilidad para saber cuál era el resultado económico del funcionamiento de este sistema", agregó Caminotti.

Recordó que en esa época, tanto el sudeste de Córdoba como el sudoeste de Santa Fe (por entonces en el área de influencia de la experimental Marcos Juárez), el cerdo prácticamente estaba en el 85 ó 90 por ciento de las pequeñas producciones de la zona. "Hacía falta una transformación de esa producción, que se realizaba en forma bastante empírica, y justamente ese fue el móvil que nos llevó a trabajar tanto en extensión como en el montaje de la unidad para tener ese apoyo y poder hablar con números concretos y con los conocimientos realmente aplicados sobre el propio campo", indicó.

Sistema planificado. Así, la unidad armó un sistema de planificación para los establecimientos mixtos agrícola porcinos y comenzó a llevar todos los registros que requiere la administración rural y estimaciones a corto y largo plazo. "En los papeles veíamos que la cosa funcionaba, y muy bien, mucho mejor que en la realidad que observábamos en la zona", enfatizó Miguel Peretti, del área economía de la Experimental.

A través de estos 30 años, los números de la unidad confirman que la combinación de la agricultura con porcinos en una pequeña explotación a campo puede multiplicar el ingreso del productor en forma significativa (ver aparte).

La unidad agrícola porcina del Inta Marcos Juárez también demostró algo insólito: en 30 años, ningún ejercicio dio pérdida, siempre hubo ingresos netos positivos. "Estuve revisando resultados de los últimos 15 años comenta Peretti y tenemos ingresos de entre 90.000 y 180.000 mil pesos netos a fin de año, pero nunca una pérdida. Y eso que pasamos dos situaciones extremas para la producción como fueron la convertibilidad en la década de 1990 y posteriormente la devaluación. En ambos casos se obtuvo un buen ingreso y no sólo eso, sino que fue mucho mayor que si en esas instancias se hubiera dedicado toda la explotación a hacer exclusivamente agricultura", detalla.

Asegura además que los niveles de productividad alcanzados fueron fundamentales para ese desempeño económico: desde el segundo o tercer año de la unidad, mientras en un establecimiento de la zona se obtenían 700 kilos por madre/año, en la unidad se llegaban a los 1.600. La actividad porcina es muy sensible a los niveles de productividad, mucho más que cualquier otra actividad agropecuaria.

Efecto demostrativo. Para el veterinario Jorge Brunori, que integra el grupo de trabajo en porcinos desde la década de 1980, el logro más importante de la unidad es "haber demostrado a los pequeños y medianos productores, que es a quienes apunta este sistema al aire libre, donde en una superficie de 80 hectáreas hay una transformación fuerte de granos en carne, que con alta eficiencia puede lograrse la sustentabilidad del sistema".

Enumera que en la unidad, desde hace alrededor de 20 años, se alcanzan valores de 1.500 a 1.700 kilos por madre/año, una conversión global de piara que ronda los 3,5 kilos de alimento balanceado por cada kilo de carne que se produce. "Y además estamos produciendo un animal de calidad adecuada para las exigencias del mercado interno; todo esto demuestra que trabajando con eficiencia, con orden y con organización, el sistema de producción de cerdos es una herramienta fundamental para diversificar o para tener otra actividad paralela a la agrícola en pequeñas y medianas empresas", afirmó Brunori.

Entrenamiento. La Unidad Demostrativa Agrícola Porcina del Inta Marcos Juárez también se convirtió en punto de referencia a nivel nacional y de países vecinos para capacitación en este esquema de producción agrícola porcina.

Según detalla el profesor Naum Spiner, también integrante del grupo, en función de la demanda se implementaron dentro del plan de trabajo jornadas y pasantías para productores, profesionales y estudiantes. Se brindó información teórico-práctica en distintos temas como nutrición, manejo, sanidad, instalaciones, teniéndose actividades prácticas como marcación, castración, elaboración de raciones.

La aparición de Fericerdo sirvió para acoplar el sector empresario, con una participación de prácticamente 90 por ciento de las empresas de nutrición, sanidad, instalaciones, para que el productor pueda ver todo lo que hay para la explotación porcina.

Como consecuencia de toda esta acción de capacitación, desde la Experimental se encabeza un proyecto nacional relacionado a la capacitación para profesionales. "A través de este proyecto damos cursos en distintas provincias y estimamos dar cuatro este año en la Estación Experimental, con los técnicos del grupo de trabajo y de la esfera privada y oficial con los que mantenemos contacto mediante el grupo Gidesporc", dijo Spiner.

Cambios en el sistema. El sector productivo porcino nacional ha tenido serios problemas de subsistencia a lo largo de las últimas décadas, con la desaparición masiva de establecimientos como los promovidos en este proyecto.

"Una explotación que combina sistemas es capaz de superar o al menos capear una crisis", apunta Caminotti, quien pone énfasis en la diversidad productiva que siempre difundió la unidad. "Es poco frecuente que se de la crisis en ambas actividades, cuando por ejemplo baja el precio de los cereales se favorece el costo de producción del cerdo" .

Pero agrega también que "con el énfasis de la agriculturización fue desapareciendo primero el ganado bovino, luego el porcino, todo fuertemente motivado porque muchos productores rurales abandonan el campo y se radican en el radio urbano. Para una explotación porcina es imprescindible que exista la familia rural en el medio", dice.

También el avance de la agricultura propició cambios en la distribución de superficie en el planteo mixto. "Ya no se puede tener una producción de cerdos de 50 madres utilizando 20 hectáreas de pasturas", acepta Brunori. La unidad demostrativa trabajó muchos años con una superficie de 60 hectáreas de cultivos y 20 de pasturas de alfalfa y trébol blanco. Actualmente se transformaron en una proporción 70 hectáreas de cultivos y 10 hectáreas de festuca y trébol blanco.

"Podemos decir que a partir de estos 30 años comenzamos con una nueva etapa. Se entiende que no sacamos al cerdo del sistema ni bajamos la productividad, simplemente estamos cambiando un tapiz vegetal que nos permite trabajar con mayor carga animal por hectárea en un menor espacio", explica Brunori. "Ha sido un logro de la institución, porque son ciclos que nunca terminan, siempre se están probando y adaptando cosas sobre un sistema en marcha", concluye.

 

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