Los animales del criadero ubicado a pocos kilómetros al este del radio urbano de Cañada estaban bajo un proceso de "faena controlada" por parte del Servicio Nacional de Seguridad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), cuyos responsables relataron el problema a la policía cuando notaron la ausencia de los porcinos.
Para la Justicia penal cañadense, el titular de la firma, identificado como O. F., intentó evitar ese procedimiento, lo que implicó "un delito grave", debido a que esos cerdos estaban sospechados de causar un brote de triquinosis.
Por esa razón, tanto él como su hija quedaron imputados en la causa por el delito contra la salud pública tipificado en los artículos 205 y 206 del Código Penal que sanciona con prisión de hasta dos años a quien violase las medidas adoptadas por impedir la introducción o propagación de una epidemia.
Los casos
Entre mediados y fines de julio pasado los médicos detectaron los primeros síntomas de triquinosis en personas que habían consumido salames. Por lo general eran familiares o grupos de amigos que dijeron haber comprado esos chacinados en la firma Vall-Mar.
Pruebas de partes de salames que fueron recolectados por las víctimas de la enfermedad fueron llevadas al laboratorio central de la Agencia de Seguridad Alimentaria. En algunos de esos restos se encontró el parásito que causa la enfermedad.
El hallazgo más contundente del parásito se registró en unos salames que habían sido adquiridos por un comedor de Las Parejas y que fueron suministrados a los clientes.
La sanción a la empresa no se hizo esperar. Impusieron a la firma una inhabilitación por tiempo indeterminado, además de una clausura tanto de la fábrica de chacinados como a un local comercial. De todos modos restaba saber la procedencia de los cerdos que habían causado la seguidilla de casos.
El Senasa puso en la mira el establecimiento de O.F. con la implementación de una faena controlada a todos sus animales, pero el titular, lejos de cumplir con esa exigencia, "los hizo desaparecer", sin que hasta el momento haya alguna información policial sobre el paradero de los animales.
Pistas firmes
"Tenemos algunas pistas sobre el destino de los porcinos. Creemos que una parte fue faenada en algún frigorífico y otra está en una explotación ganadera que ya tenemos identificada", dijo a este diario una fuente confiable del Senasa.
La información, según esa misma fuente, será confirmada oficialmente dentro de los próximos días, una vez que den por cerrada la investigación. "Por algo los hizo desaparecer, esto confirma nuestras sospechas", dijo asimismo un policía abocado a la investigación.
El caso llegó hasta el ámbito de la Legislatura santafesina. El diputado Alberto Monti presentó un pedido de informes poniendo en duda los controles del Estado provincial en cuestiones sanitarias.
Incluso deslizó la necesidad de que siga funcionando, como ocurrió durante el gobierno anterior, el área operativa de Salud VI con asiento en esta ciudad, al tiempo que puso en duda la nueva regionalización que pergeña el gobierno de Hermes Binner.