A partir del domingo, la UE volverá a imponer los gravámenes aduaneros, que dejó de aplicar hace cerca de un año para paliar la escasez de cereal y el consiguiente encarecimiento de los alimentos.
La CE anunció la semana pasada el restablecimiento de los aranceles, porque estima que en la actualidad los precios han bajado lo suficiente para volver a aplicar esa restricción aduanera.
Tras la aprobación formal de esa decisión, esta semana, su entrada en vigor se producirá dentro de tres días, tras haber sido publicada, en el DOCE.
Durante todo 2008 no se han aplicado los aranceles porque había falta de existencias en el mercado comunitario y para favorecer así el abastecimiento de esta materia prima.
España y Portugal son países tradicionalmente importadores de cereales.
Bruselas estima ahora que las cotizaciones de esos productos han caído lo suficiente y que, por ejemplo, desde finales de septiembre el trigo duro ha disminuido por debajo del 180% respecto a los niveles de referencia.
Los aranceles vigentes desde el domingo no afectarán a las partidas de cereales que los operadores enviaron hasta hoy.
La CE considera que el restablecimiento de esos impuestos aduaneros "no debe suponer una distorsión del mercado ni impactar significativamente en los precios", según fuentes comunitarias.
Los aranceles a los cereales que volverá a imponer la UE se fijan según los precios de referencia mundial.
Para el trigo duro, de calidad alta, el centeno, sorgo y el maíz los gravámenes se establecerán según regulaciones "bimensuales".
Para el trigo blando, de calidad media y baja, se abre una cuota anual de 2.989.240 toneladas, que incluye un cupo de 572.000 toneladas para importaciones de EEUU y 38.853 de Canadá; el arancel para los envíos dentro de estos contingentes será de 12 euros por tonelada.
En la cebada, habrá una cuota anual de 306.215 toneladas, gravadas con 16 euros por tonelada; aparte hay otro cupo de 50.000 toneladas, por las que se pagarán 8 euros por tonelada