La actual campaña de granos se enfrenta a un mercado internacional de crítica incertidumbre, con bajas en los precios de commodities, que golpea a productores y empresas por igual, inmersos en una coyuntura poco amigable.
A pesar de que existen intentos por incentivar la demanda, la oferta en los recintos sigue demorada.
Solamente las ventas de trigo comenzaron a reactivarse gracias al avance en la recolección del cereal porque cesaron las lluvias y hay grano disponible para negociar.
Sin embargo al comentar los rendimientos, los técnicos coinciden es que son menores a lo esperado.
El Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales calculó un rinde promedio actual de 1.5 tonelada de trigo por hectárea, que produjo hasta el momento un poco más de dos millones de toneladas sobre una superficie total sembrada de 4.2 millones de hectáreas.
Resta un 68 por ciento de cosecha que será más generosa porque se levantarán los poderosos trigos del sudeste bonaerense, que pueden devolver hasta tres toneladas por hectárea.
El negocio tiene mucha variabilidad para el productor por el clima y las políticas intervencionistas, según el dirigente David Hughes, quien confió que el principal problema es el ocaso actual de los mercados a término.
"Desapareció la herramienta del seguro de precio, los mercados a futuro que le permitían al productor asegurar dos variables grandes: "¿cuánto produzco y a qué precio lo vendo?", dijo el presidente de ArgenTrigo.
La misma inquietud se traslada al resto de las materias primas argentinas, soja, maíz y girasol, producciones que en esta campaña se sembraron al voleo.
Algunos referentes consultados consideran a la campaña 2008-2009 como una honrosa sobreviviente del prolongado conflicto del agro y como un ciclo agrícola "ya perdido".
"Esta cosecha ya fue, la próxima siembra es en mayo, la decisión la va a tomar el productor entre febrero y marzo", analizó Hughes, también productor de la zona bonaerense de Alberti.
Alrededor de 51 mil agricultores trigueros pueden vender su cosecha con una retención de 23 por ciento (antes de la baja decidida esta semana era 28 por ciento) que según cálculos de la Sociedad Rural Argentina significa 23 dólares más por hectárea.
Los grupos de siembra grandes que implantaron 20 mil hectáreas obtendrán diferencias importantes, de medio millón de dólares con el nuevo precio, mientras que para el que sembró 50 hectáreas son 1.150 dólares en total. El trigo continuará en la franja de 420 pesos la tonelada hacia abajo.
Sobre el territorio agrícola avanzó la implantación de soja hasta cubrir el 60 por ciento, es decir casi 11 millones de hectáreas de las 18.2 previstas, sin tecnología.
El contraste es inevitable, el año pasado, la cosecha argentina de granos (incluido arroz, mijo, colza, entre otros) fue récord, con 95 millones pero los cálculos finalizaron en junio, época en que se dio por finalizada la recolección de soja.
Para esta campaña se estiman 85 millones de toneladas, o tal vez menos, aunque aún quedan por cubrir unas 500 mil hectáreas de maíz y un 20 por ciento de girasol.
Los precios de la soja en Chicago, mercado referencial para Argentina, buscan un piso por debajo de los 300 dólares, sin antecedentes similares en los últimos 15 meses.