ESPAÑA – La crisis destierra al jamón ibérico de la lista de la compra

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By Redacción Infopork

Hace unos años se puso de moda montar granjas de cerdos de pata negra. Hoy, los ganaderos acusan una caída del 50% de la rentabilidad por la caída de la demanda.

Mortadela en lugar de jamón de bellota. La crisis ha provocado una caída espectacular en la demanda de productos ibéricos, que están siendo sustituidos por otros de menor precio. Lo explica muy bien P. Carrasco, un ganadero de Antequera que hace dos años tenía 1.200 cerdas reproductoras y ahora se ha quedado con 500: «La gente se volvió loca hace unos años con los productos ibéricos. Todo el mundo quería meterse a criador: notarios, médicos, promotores inmobiliarios… Hubo una verdadera fiebre por el cerdo de raza ibérica».
Sin embargo, desde 2007 para acá el mercado se ha frenado en seco y a esta caída de la demanda de productos como el jamón, la paleta y la caña de lomo se ha unido también un crecimiento exponencial del precio de las materias primas necesarias para su cría. Y es que las explotaciones de ibérico tienen un menor margen de rentabilidad, ya que el engorde de los animales no es tan rápido y no existe una relación directa –como ocurre con los cerdos de capa blanca– entre kilos de pienso y pesaje ganado por los ejemplares.
Para comprender el alcance de la crisis por la que atraviesa el sector del porcino ibérico, el veterinario de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Carlos Carreira, ofrece unos datos muy significativos: si los cochinos de la pasada montanera –los que se llevan a la dehesa para alimentarlos durante dos meses exclusivamente de hierba y bellota– se pagaron a 32 euros la arroba, los de este año se están vendiendo con dificultad a 16. «Un cochino ibérico se vende hoy al módico precio de 1,39 euros por kilo, cuando el año pasado se pagaba en origen a 2,78 euros por kilo», continúa Carreira, quien añade que producir un kilo de esta carne cuesta 0,13 euros más ahora que en octubre de 2008.
«La situación es insostenible», resume el veterinario de Asaja, quien estima que los márgenes de rentabilidad se han reducido en un 50% y los ganaderos de porcino ibérico están llegando a perder entre 40 y 70 euros por animal. «Las cuentas no salen. Necesitamos ayudas directas», apunta Carrasco, quien destaca además la circunstancia del todavía escaso mercado exterior de este tipo de productos cárnicos.
Exportaciones incipientes
«La anunciada venta a países como China y Japón no está siendo tal, y apenas el 1% de la producción de la cabaña malagueña se comercializa fuera de las fronteras españolas», continúa el ganadero antequerano, que ha pasado de tener 34 explotaciones a apenas diez y de contar con una docena de empleados a cinco trabajadores.
La crisis no puede hacer olvidar los grandes activos de estas explotaciones: la calidad de sus productos. «Tenemos unas normas de calidad muy exigentes, que nos permiten seguir ofreciendo unas piezas con un sabor único», explica Carrasco. Y es que el cerdo ibérico es un cerdo con pedigrí. Existe un nombre que distingue a las piezas (jamón, paleta o caña de lomo), un primer apellido referente a la raza (ibérico puro o ibérico) y un segundo que indica el tipo de alimentación (bellota, montanera, recebo y cebo en el campo). «Para producir un kilo de cerdo blanco son necesarios unos tres kilos de pienso, mientras que en el caso del ibérico son necesarios cinco o seis kilos», aclara Carreira. A esto se suma también la menor prolificidad de la raza: a una cerda de capa blanca se le destetan unos 21 lechones al año, mientras que las ibéricas a duras penas llegan a los 14.
En la actualidad, la cabaña de porcino en la provincia se sitúa en unas 15.000 cerdas reproductoras, de las que alrededor del 20% son ibéricas. Esta cifra supone la mitad de la que se registraba hace apenas dos años, según estima el veterinario de Asaja.

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