MÉXICO. La influenza sumió a la industria porcícola en su peor crisis

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By Redacción Infopork

Durante el alerta sanitaria, el consumo cayó 85 por ciento y el precio se desplomó de 18 a 10 pesos el kilo.  

La influenza humana, o gripe porcina, como se le denominó en un principio, profundizó la ya de por sí difícil situación que enfrentaba el sector porcícola en el país.

Las importaciones de producto barato pero de baja calidad provocaron que entre 2006 y 2007 fuera estrepitosa la caída del precio de la carne de cerdo nacional, por la que el productor llegó a vender el kilo en ocho pesos, lo que ni siquiera sufragaba los costos de producción. Paradójicamente, el precio al consumidor final se ha mantenido en el mismo nivel, entre 50 y 60 pesos el kilo.

Hoy, los productores nacionales realizan grandes esfuerzos por reposicionarse sobre todo en el mercado nacional, para el que tendrían que incrementar su producción en unas 500 toneladas y así lograr abastecer la demanda total.

Desde la década de los 80 la producción de carne en México ha tenido vaivenes. En 1980 la producción fue de un millón 250 mil 800 toneladas; para 1984 se registraron un millón 455 mil 300 toneladas.

En 1985 la producción bajó a un millón 293 mil 220 y en 1986 –año en que México ingresó al Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT, por sus siglas en inglés)– cayó a 959 mil 260 toneladas.

A partir de entonces la producción descendió hasta llegar, en 1989, a 726 mil 670 toneladas; luego repuntó y alcanzó las mil 081.04 toneladas en el 2003. De 2004 a 2008 la producción nacional se ha mantenido, en promedio, en un millón 150 mil toneladas.

Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, se acentuaron las importaciones de cerdo, las cuales llegaron a crecer hasta en 48 por ciento, al pasar de 62 mil 874 toneladas en 1993, a 93 mil 038 toneladas en 1994; para 1995 las importaciones fueron de 39 mil 408 toneladas y en 1996 de 20 mil 273 toneladas. Actualmente se importan unas 500 mil toneladas.

Héctor Padilla, presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados, señaló en entrevista con Crónica que la porcicultura nacional estuvo dos años en crisis aguda, desde finales del 2006 hasta mediados del 2008.

“El origen de la crisis fue una importación desordenada de productos de Estados Unidos, normalmente de baja calidad, en lo que se conoce como importación en combos, que son paquetes integrados con diferentes partes del cerdo (patas, cola, vísceras, lomo); también crecieron las importaciones en canal y en pie.

“Era producto a precio muy bajo de mala calidad, y esto lógicamente tumbó los precios en el país y metió en crisis durante casi dos años a los productores mexicanos”, señaló el diputado.

Ante ello, legisladores, porcicultores y gobierno federal trabajaron conjuntamente para elevar el precio de la carne.

“Los porcicultores tenían seis meses en recuperación, desde el año pasado y hasta abril de este año; hasta antes de la crisis sanitaria estaban reponiendo pérdidas de los dos años anteriores”, refirió Padilla, y recordó que durante la alerta sanitaria por la influenza el consumo cayó 85 por ciento y el precio se desplomó de 18 a 10 pesos el kilo.

El pasado viernes, el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados de la Secretaría de Economía reportó que el precio del kilo de carne de cerdo en rastros era de 16.70 pesos

Padilla señaló que la alerta sanitaria hizo caer “estrepitosamente” al sector porcícola mexicano y a manera de ejemplo refirió que en Aguascalientes, donde diariamente se sacrifican unos 350 cerdos, actualmente se sacrifican 12 al día; en Jalisco, carnicerías que venden en promedio 100 kilos de carne de cerdo al día actualmente venden dos o tres kilos.

De ahí que “la parte más importante para equilibrar el precio del cerdo es el mercado interno; consumimos un millón 700 mil toneladas al año, de las cuales un millón 200 mil son de producción nacional y el resto son importadas básicamente de Estados Unidos; exportamos apenas 80 mil toneladas al año. Entonces, la solución la tenemos en el mercado interno”.

Añadió que los mexicanos consumen en primer lugar pollo, debido a su bajo precio, seguido por la carne de res y al final la carne de cerdo, “y esto tiene que ver fundamentalmente con el ingreso y la costumbre, pues hay una percepción de que la carne de cerdo, independientemente de la influenza, tiene cierto impacto en el organismo, como mayor producción de triglicéridos, y esto es erróneo, porque la carne de cerdo es muy sana y tiene poca grasa”.

De acuerdo con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), México ocupa el octavo lugar entre los países consumidores de carne de cerdo, con un millón 530 mil toneladas al año (en promedio, per cápita anual es de 10 kilos). El primer lugar lo ocupa China, con 48 millones 790 mil toneladas, le siguen la Unión Europea, con 20 millones 910 mil toneladas; Estados Unidos, con ocho millones 880 mil toneladas; Rusia, dos millones 890 mil; Japón, dos millones 480 mil; Brasil, dos millones 400 mil, y Vietnam, con un millón 880 mil toneladas.

Enrique Ávila Segura, presidente de la Confederación de Porcicultores Mexicanos (CPM), refirió, en entrevista, que antes de la alerta sanitaria por la influenza humana el sector afinaba detalles para apuntalar el crecimiento.

“Una semana antes (de la alerta) habíamos presentado a la Secretaría de Agricultura un programa de desarrollo de incrementar en 50 mil hembras anuales, con la finalidad de llegar a 200 mil animales adicionales a los 700 mil que tenemos. Una vez que pasemos este bache seguramente lo desarrollaremos, ahora está en stand by”, dijo.

Destacó que de noviembre de 2008 a abril de 2009 se iban recuperando de la baja en el precio de los últimos dos años, “habíamos tenido seis meses que nos habían permitido ir saliendo de deudas, estábamos nivelando las finanzas de los productores de México, pero ahora con este bache nuevamente vamos a requerir de apoyo, de mejorar el consumo, la percepción, la confianza del ama de casa“.

La infraestructura y tecnología con que cuenta el sector, resaltó Ávila Segura, permitirían crecer en 40 por ciento “y estaríamos en condiciones de ser autosuficientes e incluso exportar“.

Indicó que tras la alerta sanitaria el sector porcícola registró en las primeras dos semanas mil 500 millones de pesos en pérdidas.

Datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) señalan que México es el décimo quinto productor mundial de carne de cerdo; realiza exportaciones por 67 mil 800 toneladas con un ingreso de divisas superior a los 320 millones de dólares.

La piara (manada de cerdos) nacional es de aproximadamente 15 millones, de los cuales 9.4 millones son explotados en cinco mil 434 granjas tecnificadas; 3.5 millones en granjas semitecnificadas y 2.1 millones de cerdos se desarrollan en chiqueros de traspatio (ganadería familiar).

El valor total de la producción rebasa los 30 mil millones de pesos; genera 350 mil empleos directos y 1.7 millones de empleos indirectos.

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