Antes de ingresar a las parideras, Carlos Disandro, vestido con un guardapolvo blanco, cumple con la exigencia de desinfectar sus botas. Lo hace cada vez que entra a las salas donde cada una las cerdas madres producen hasta 26 lechones al año, en la moderna granja de engorde que tiene en la localidad de Despeñaderos. La norma es de estricto cumplimiento por parte de todo el personal de la empresa. El objetivo es preservar la salud de los animales que allí habitan, en un contexto de alta densidad de población.
El procedimiento es parte de las medidas de bioseguridad que los establecimientos porcinos vienen implementando desde hace varios años y con excelentes resultados en materia sanitaria. Y que ahora el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda extremar ante la aparición de la gripe A.
Sanidad. "La Argentina es uno de los países con menor cantidad de enfermedades en cerdo. En ese aspecto tenemos una situación sanitaria envidiable. Chile, por ejemplo que se autodefine como un paraíso sanitario, tiene enfermedades en cerdos que nuestro país no tiene", indicó Disandro, director de un grupo de empresas productoras de cerdos radicadas en Córdoba y San Luis con tres mil madres en producción intensiva. Además es presidente del consorcio de productores de cerdo Pormag, una asociaciones que agrupa a más de 30 establecimientos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires y que contribuyen con más del 20 por ciento del comercio de cerdos magros.
Mientras las autoridades de Salud Pública de la Nación esperan para los próximos días el pico de afectados por la gripe A, generada a partir de la recombinación genética de virus de Influenza de origen humano, porcino y aviar, los cerdos gozan de buena salud. Y también su carne.
"No se tiene constancia de que los virus de la gripe se puedan transmitir al ser humano por ingestión de carne de cerdo procesada u otros productos obtenidos del cerdo. El calor aplicado habitualmente durante la cocción (por ejemplo, 70 grados centígrados de temperatura en el centro de la pieza) inactiva inmediatamente cualquier virus que pudiera encontrase en los productos que contengan carne cruda", coinciden la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Oficina Internacional de Epizootias (OIE).
Más vigilancia. Si bien no se habían registrado casos de animales enfermos con el virus en el país, una luz de alarma se encendió los últimos días de junio. En una granja en San Andrés de Giles, el Senasa encontró la presencia del virus N1H1 en cerdos.
La detección se realizó en el marco de las actividades de vigilancia epidemiológica que lleva adelante el organismo sanitario nacional, en forma conjunta con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, universidades nacionales, Instituto Malbrán y veterinarios privados. Se tratan de controles de rutinas efectuados en los establecimientos a los fines de garantizar el estatus sanitario de Argentina de país libre de peste porcina.
A partir del foco de gripe registrado, el Senasa procedió a interdictar el establecimiento para observar la evolución de la enfermedad y determinar las medidas a adoptar. Desde ese momento, el ente sanitario informó que no se produjeron más casos de animales enfermos, tanto en el campo afectado como en el área perifocal prevista como medida de preventiva.
Si bien aún no hay una confirmación oficial, el Senasa junto con el Ministerio de Salud está trabajando en la hipótesis de que serían dos operarios del establecimiento involucrado que, cursando un cuadro gripal, habrían contagiado a los cerdos. Recomendó a los productores a notificar de inmediato cuadros respiratorios inusuales en los planteles de producción, relacionados con un contacto previo con personas enfermas o sospechosas de estarlo.
Ingresos restringidos. Mientras tanto, la recomendación es reforzar las medidas de bioseguridad; restringir al máximo posible el ingreso de personas ajenas al predio y evitar que trabajadores que presenten signos de gripe estén en contacto con los animales.
La transmisión de enfermedades en establecimientos porcinos se puede dar a través de dos vías: la directa, por medio de animales reproductores que ingresan a la granja; o indirecta, por personal, alimentos, o vehículos contaminados.
"Se debe restringir al máximo el ingreso de personal a los establecimiento en producción. Y en el caso de ser necesaria se debe realizar, previo duchado, con ropa propia de la granja a los fines de generar una barrera sanitaria que impida introducir virus o bacterias del exterior", explicó Disandro.
Reducir el ingreso de animales a las instalaciones es también una de las medidas de bioseguridad que practican las granjas. "Nosotros nos producimos nuestros propios reproductores con animales que están alojados en la misma granja. No obstante, hay un mínimo de animales que se introducen, limitado a reproductores que son los que garantizan el avance genético del establecimiento", sostuvo el productor.
Medidas en general. Dentro de la estructura de los costos de producción del cerdo, el rubro sanidad es importante. Según el productor ronda entre el cinco y el seis por ciento del gasto total.
La elaboración y suministro del alimento balanceado es también un apéndice importante dentro de la política de bioseguridad. Se recomienda no transportar las raciones en los mismos vehículos en los que se movilizan los animales. Las fábricas de alimento balanceado también tienen la obligación de mantener bioseguridad en sus procesos.
En Despeñaderos, la granja cuenta con una planta de acopio y de fabricación del balanceado automatizada, operada por un solo trabajador y con una capacidad para producir 50 toneladas por día de alimento.
Indicadores
Consumo. Se aprecia una caída en la demanda del cerdo, aunque desde el sector sostienen que las razones de la retracción tienen sus mayores fundamentos en la crisis económica que en los efectos de la gripe A.
Rentabilidad. Los productores aseguran que con el precio actual acordado con el Gobierno –tres pesos el kilo más IVA– en algunos casos no cubren los costos. Solicitan que el Gobierno se ponga al día con el pago de compensaciones y denuncian que la última liquidación fue en mayo de 2008. Ante este incumplimiento, algunos productores ya están facturando por encima del precio acordado.
Perspectivas. La producción mundial caerá entre tres y cuatro por ciento y habrá un reacomodamiento de precios. En Europa, luego de una crisis de más de un año, el valor del cerdo ya subió 20 por ciento en 60 días.