La ganadería sufre las consecuencias de las escasas precipitaciones otoñales, y de las temperaturas anormalmente altas para el otoño, lo que está teniendo repercusiones sobre los niveles de los acuíferos, la falta de calidad en la bellota y la escasez de pasto para el ganado. Esto significa que hay que continuar aportándole alimentación suplementaria. La práctica ausencia de otoñada dificulta el cebo de los cerdos ibéricos en montanera, lo que unido a los bajos precios que cotiza el cerdo, ha hecho que disminuya el número de animales destinados a montanera. Así, en unas fincas no se han introducido cerdos y en otras lo han hecho en menor cantidad que otros años.
Con respecto a los cítricos, se están recolectando las variedades tempranas, navelinas y mandarinas principalmente. El ritmo de recolección está siendo bueno y la comercialización se realiza más fácilmente y con mejores precios que el año anterior debido a que la oferta es inferior a la demanda. La ausencia de fríos está dificultando el viraje de color requerido por la naranja para su comercialización, si bien la calidad y calibre del fruto son buenos.
En lo referido al olivar, la climatología ha provocado que la aceituna presente índices de maduración más avanzados de lo habitual para estas fechas, por lo que se ha adelantado la recolección. Los rendimientos grasos están uno o dos puntos por encima de lo normal.