México solicitó a Japón que le amplíe las cuotas para exportar productos agropecuarios sin pagar aranceles, durante la visita de trabajo que realiza el presidente Felipe Calderón a esa nación.
La petición se dio en un contexto en el que México participó con 0.5% de las importaciones de Japón de enero a noviembre del 2009, el mismo porcentaje que alcanzó en el 2005, cuando entró en vigor el Acuerdo de Asociación Económica (AAE) entre ambos, que incluye un tratado de libre comercio.
El gobierno de México pidió ventajas arancelarias para harina de sémola, trigo duro, harina de trigo, piña y jugo de naranja, productos que fueron excluidos y cuya liberalización no ha prosperado, aun cuando se acordó su posible inclusión a partir del 2008.
Desde hace cinco años, México tampoco ha captado mayores flujos de inversión japonesa, uno de sus propósitos centrales del AAE, puesto que incluso registró una salida de 583 millones de dólares del 2005 y al tercer trimestre del 2009, según datos de la Secretaría de Economía (SE).
“Falta más agresividad por parte del sector privado mexicano, quien nos pidió cupos y no los ha llenado, aunque también se requiere concretar la reforma regulatoria y aprobar otras reformas estructurales”, dijo Gerardo Traslosheros, profesor investigador del ITESM y negociador del AAE.
El exfuncionario acotó que las estadísticas que contabilizan la Inversión Extranjera Directa (IED) de Japón hacia México son engañosas, porque con frecuencia se triangula a través de filiales de compañías niponas establecidas en EU, beneficiando los registros de éste.
Estadísticamente contrastan los resultados de México con los de otros países del continente. Del 2005 al 2008, las empresas japonesas enviaron 5,019 millones de dólares de IED a Canadá, 8,991 millones a Brasil y 81,769 millones a Estados Unidos, según datos de Jetro, la oficina gubernamental de promoción nipona.
Peticiones desaprovechadas
Con Japón, México volvió a caer con la misma piedra que con la Unión Europea, dado que en los sendos TLC que firmó pidió cupos para exportar productos libres de arancel, pero no ha cubierto sus montos.
México aprovechó menos de la mitad de las cantidades que puede exportar al mercado japonés en productos como calzado, carne de porcino, plátanos, jugo de naranja congelado, carne de bovino, naranja fresca y miel natural.