El segundo municipio mayor productor de carne porcina del país se sacudió de las críticas y de un incumplimiento casi seguro el pasado año
Las justas y oportunas críticas realizadas por José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido, a los productores de carne de cerdo de este municipio durante la Asamblea de Balance del Partido, en mayo último, hicieron saltar en añicos el inmovilismo en que estaban sumidos.
Cuando el dirigente político indagó sobre las razones del incumplimiento y Mayelín Ojeda Torres ejemplificó con hechos que en su territorio existían muchas informalidades por parte de los productores, una pregunta urgida de respuesta acaparó la atención del plenario: "¿Y qué pasó con ellos?", cuestionó de inmediato Machado Ventura, quien acto seguido preguntó si se había hecho algún análisis: "hemos emprendido algunas acciones, aunque todavía son insuficientes", respondió Ojeda Torres.
A tono con los nuevos tiempos, el Primer Vicepresidente cubano fue preciso: "Vamos a cambiar. Llegó el momento de acabar con los perdonavidas y las indolencias. Todo eso ha estado en el ambiente y para ello se han adoptado medidas al más alto nivel…", acotó.
DE INFORMALIDADES Y OTROS ESCOLLOS
Los productores florencianos comenzaron a engordar los incumplimientos desde el momento en que la dirección de la Unidad Porcina allí descuidó el control y se hizo la de la vista gorda, al extremo de que la deuda parecía insalvable y en agosto último rondaba las 400 toneladas
.
A ello se unieron otros escollos como las informalidades a la hora de entregar la carne convenida, atrasos en los suministros de alimentos unido a la falta de preparación de la base alimentaria por parte de los campesinos, enfermedades en algunos rebaños y el bajo peso de un grupo de animales, que no tuvieron la conversión adecuada de alimento en carne.
La solución de la comida no está en esperar la llegada del barco
Pero la clave del indicador negativo tiene su eje central en las indisciplinas de quienes no entregaron las cabezas que debían retornar según el convenio, agravado con la blandenguería de la anterior dirección de la unidad.
Ante tal situación, los que tenían deudas fueron citados a un encuentro con los auditores de la Empresa Provincial y la abogada de la Unidad Empresarial de Base, a fin de que pagaran el débito, o conocer cuál era la causa de tanta indolencia.
Osvaldo Cárdenas Fernández, el mejor productor del municipio, con un aporte de 14 toneladas, fue de los que no creyeron en contratiempos. Él, quien es, además, el representante de la CCS Fortalecida Delfín Luis Paz, habla sin darle muchas vueltas al asunto: "la crítica realizada fue severa, pero necesaria, porque se había dejado de entregar mucha carne y el país la necesita para sustituir importaciones. Además, el contrato es inviolable, como ha dicho Raúl en reiteradas ocasiones, y varios lo vulneraron.
"Hay quienes creen que solo con el pienso van a resolver el problema, y no es así. Hace falta yuca, boniato, maíz, calabaza, como suplemento alimentario. No podemos hacer los contratos mirando al barco que trae el pienso. Hay que mirar para la tierra", asegura.
"Cuando Machado Ventura nos haló las orejas, como decimos los guajiros, lo primero que hicimos en nuestra CCS fue reunirnos con los 20 incumplidores y, al final del año, 17 sobrepasaron el plan asignado. Yo digo que cuando se apela a la vergüenza, el hombre responde, y más si es guajiro. Pienso que en lo adelante la estrategia será seleccionar a los productores. No todo el mundo puede criar cerdos, ni tiene la misma dosis de sacrificio. No podemos decir sí y después no respetar la palabra empeñada", sentenció con sabiduría campesina.
William Francisco Pared Rodríguez, el nuevo director de la unidad porcina en Florencia, explica que el municipio tiene un gran peso en la producción de la provincia y por su volumen figura entre los mayores productores del país. "El pasado año llegamos a las 2 766 toneladas y en el actual pensamos sobrepasar esa cifra. Desde ahora estamos obligados a trabajar para no incumplir. No podemos ser objeto de más críticas", asegura.
Ante esa realidad, Osleydy Cabrera Luna, quien aportó 500 cerdos, con un peso promedio de 97 kilogramos, señala la necesidad de potenciar a los productores que más aportan, a los más respetuosos: "sería el mejor premio y una muestra de confianza en nosotros. ¿Qué falta en mi cochiquera? Construir un biogás para el tratamiento de los residuales", sentenció.
Aclara que potenciar no significa vivir solo del aporte de la empresa y, "mucho menos cruzarse de brazos. Debemos de estar preparados para cuando falla el pienso, tener la comida al lado de la cochiquera, aunque no niego que el suplemento alimentario que nos dan es muy completo y los animales adelantan muchísimo, pero no siempre podemos tenerlo al alcance de la mano. Sabemos que existen limitaciones".