El reemplazo en la masa porcina de las reproductora está garantizado en Cuba, gracias a la funcionalidad de los centros genéticos y los multiplicadores, donde se desarrollan las denominadas razas puras.
Juan Jorge Pena, director general de la Empresa Genética Porcina, informó este jueves a la prensa, en La Habana, que las hembras y machos destinados a tal función poseen su relevo asegurado, con animales de alto vigor.
Pena explicó que la entidad tiene establecido un sistema de calidad en sus 13 unidades, diseminadas en Pinar del Río, Villa Clara, Matanzas, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba y en territorio habanero, que aseguran la comercialización con la base productiva.
En esas instalaciones se vela también por que cada cerdo que llegue a manos del campesino tenga un óptimo estado de salud, aseveró a la AIN en esta capital Rasniel Roque Sánchez, uno de los iniciadores de la actividad genética en el país.
Roque Sánchez explicó que los animales se entregan a los 76 días, desparasitados, descolmillados y castrados.
Este control es fundamental para elevar las entregas a la industria y a la población y reducir las importaciones.
Sin embargo, en el Informe sobre los Resultados Económicos de 2011, presentado en diciembre último ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, se señala como uno de los incumplimientos en la producción de alimentos la entrega de carne de cerdo, lo que obligó a importaciones no previstas.
Fundadores de la Empresa Genética Porcina cubana serán reconocidos hoy en el Memorial José Martí, de esta capital, en ocasión de cumplirse 50 años de creada en las áreas que actualmente ocupa el Jardín Botánico Nacional.