La hipotermia es un problema importante para los lechones recién nacidos. Un estudio reciente realizado por británicos, noruegos y daneses ha demostrado que la temperatura corporal de los lechones recién nacidos una o dos horas después de nacer está muy relacionada con la supervivencia hasta el destete.
En el útero, los lechones están a una temperatura estable de 39-40 grados, pero cuando nacen, el entorno es significativamente más frío y los lechones tienen que mantener su temperatura del cuerpo por su propia cuenta. En el nacimiento, la temperatura del cuerpo del lechón caen de golpe entre 2-4 ºC y existen grandes diferencias en la eficiencia de los lechones para recuperarse. Los lechones que no superan la hipotermia de manera rápida y eficiente mueren como resultado directo de la hipotermia, pero también de hambre, aplastamientos, y enfermedad durante la lactancia.
En su investigación, los científicos han identificado tres factores que tienen un impacto directo en la temperatura corporal de los cerdos durante las dos horas posteriores al nacimiento. Estos factores, clasificados por orden de prioridad son: peso al nacer, la cantidad de tiempo que el lechones pasa mamando en la segunda hora tras el nacimiento, y cantidad de tiempo que el lechón pasa mamando en la primera hora después del nacimiento.
Los investigadores pensaron que el proceso del parto y la posición de los lechones en el orden de nacimiento podrían tener influencia en su recuperación de la hipotermia, pero no ha sido así.
Según estudios previos, durante muchos, la temperatura recomendada en la sala de parto ha sido de 34ºC. Este nuevo estudio ha recomendado 38º. Los investigadores señalan que si bien los lechones superaron la hipotermia inicial tanto a 34º como a 38º de temperatura ambiente, los lechones que se encontraban en el espacio a 34º gastaron aproximadamente 50% más energía durante las primeras tres horas para lograr el mismo resultado que los cerdos a los 38º de temperatura ambiente. Esta diferencia tiene implicaciones prácticas, ya que los lechones al nacer cuentan con reservas corporales limitadas y poco aislamiento y hay una fuerte competencia por la mama de la cerda. Por lo tanto, es esencial para la supervivencia del lechón, que éste no tenga que utilizar mucha energía para mantener el calor.
En la práctica no es posible medir la temperatura rectal de todos los cerdos. En un contexto experimental, es importante que los métodos de medición utilizados sean lo menos intrusitos, con el fin de no afectar a los resultados.
Por lo tanto, en la investigación se han desarrollado y probado nuevos métodos para evaluar la condición de los lechones sin la intervención innecesaria. Los métodos incluyeron observaciones de comportamiento por la posición al estar tumbados, la evaluación de los escalofríos de los lechones y el uso de mediciones termográficas de la temperatura de la superficie del cuerpo. Todos estos métodos parecen prometedores en la evaluación de la hipotermia del lechón.
Un resultado importante de los distintos estudios realizados es que los lechones responden bien a la mejora de su entorno. Por tanto, es posible que hacer algo al respecto cuando se detectan lechones en riesgo,