El proyecto de ordenanza tiende a ordenar en el territorio y clasificar las modalidades de crianza, engorde y venta de cerdo, entre otros aspectos. Cristian Correa, subsecretario de Ganadería y Juan Tejada director de Ganadería de la Provincia acompañaron al intendente Juan Carlos De Paolo durante el anuncio. Pretenden que la norma se replique en el resto de los departamentos.
Alvear hizo punta en la provincia y presentó oficialmente el proyecto de ordenanza para ordenar en el territorio y clasificar las modalidades de crianza, engorde y venta de ganado porcino, entre otros aspectos.
La normativa que bajó el Ejecutivo departamental al Concejo Deliberante alvearense tiende a regular la actividad (ubicación geográfica del establecimiento, normas de higiene de los criaderos, alimentación y sanidad de los animales) ya sea para subsistencia o consumo familiar como así también para emprendimientos comerciales pequeños o de escala industrial.
Durante el anuncio formal en el salón de conferencias de la intendencia acompañaron a Juan Carlos De Paolo, el subsecretario de Agricultura, Ganadería y Alimentos de Mendoza Cristian Correa y Juan Tejada, director Provincial de Ganadería.
“Alvear da el puntapié inicial para legislar la producción porcina y esperamos que los demás municipio se vayan plegando. Para eso a través de la mesa de producción porcina se giró (el proyecto de ordenanza) a otras comunas”, comento Juan Tejada director provincial de Ganadería.
De acuerdo a la información oficial, en Mendoza hubo un incremento del 1.000% en el consumo de carne de cerdo en los últimos años.
“Se pasó de 2 millones de kilos anuales a 20 millones de kilos anuales pero el inconveniente es que no se produce en la provincia todo lo que se consume”, detalló Cristian Correa, subsecretario de Ganadería.
En la visión del funcionario “la cría de cerdo siempre estuvo ligada a dos actividades culturales, la venta de lechones y la preparación de los chacinados” sin embargo “en el mercado actual hay buenas expectativas de incrementar el consumo pero (el consumidor) ha tendido a los cortes de carne” y eso implica “pasar al engorde de cerdo a escala industrial. Por eso es necesario tener normativas que nos ordene para que no entre en conflictos con otras actividades”, comentó Cristian Correa.
La ordenanza
La falta de una legislación que regularice la actividad porcina dejaba librado al azar las condiciones de instalación de los criaderos. También quedaba fuera de toda contemplación el crecimiento urbanístico y turístico, la contaminación ambiental o el peligro que representa para la salud pública la alimentación de los animales con residuos domiciliarios o de hospitales entre otros.
Entre los principales puntos que marca la nueva norma establece que solamente podrán desarrollarse emprendimientos de cría de cerdos en “zonas rurales” y deja establecidas las distancias mínimas que deberán respetar.
Se prohíbe la instalación de nuevos emprendimientos cerca de fábricas que elaboran productos alimenticios, circuitos turísticos, escuelas, centros poblados, centros de salud o centros recreativos”.
Tampoco se permitirá la instalación a menos de 200 metros de vivienda alguna. Para las explotaciones familiares, la distancia mínima a la vivienda será de 30 metros.
Las naves donde se aloje el ganado no podrán construirse a menos de 100 metros de vías de comunicación como rutas nacionales, autovías, ferrocarriles y a no menos de 25 metros de cualquier ruta provincial o vecinal.
La ordenanza clasificada a las producciones de acuerdo a la cantidad de animales.
Hasta 3 madres se lo considerará un emprendimiento para consumo familiar. Si no excede las 20 madres será catalogada como pequeña explotación en tanto que una gran producción será considerara a partir de las 20 madres.
Entre otros puntos también establece el tipo de alimentación permitida según las reglas del SENASA, quienes serán los órganos de habilitación, aplicación y las sanciones por incumplimiento de la legislación.