Revisamos la primer etapa del Plan Maestro 2010-2020

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By Redacción Infopork

Dr Horacio Gabosi.

Entrevistamos al Dr. Horacio
Gabosi, consultor privado

 

Contanos
un poco la historia del Plan Maestro Sectorial.

A principios del 2010, por
iniciativa de algunos integrantes de la cadena porcina, el Ministerio de
Agricultura de la Nación me encomendó la confección de un “Plan Maestro
Sectorial 2010-2020”. Este plan, debía contar con un estado de situación que
permita proyectar una “hoja de ruta” para duplicar el consumo de carne de
cerdos, o sea llegar a 16 kilos/hab/año en el 2020. Fue un desafío interesante
ya que en general la principal característica del sector era la carencia de
información estadística y por lo tanto, las proyecciones y estimaciones eran
muy dispares, según los intereses particulares.  

Para esto tomamos como punto
de partida la información oficial que existía y que el Área Porcino de la
Dirección Nacional de Producción Ganadera me suministró. Con esta información y
con la colaboración de los profesionales de la cátedra de Estadística de la
UNR, definimos un modelo que permita hacer una proyección luego de analizar y
ordenar las estadísticas.

Esa información de faena
(cabezas faenadas, peso de faena, distribución regional) la contrastamos con
las opiniones que aportaron las empresas que accedieron a colaborar con este
proyecto (empresas de alimentación, de genética, laboratorios de medicamentos,
empresas de equipamientos, etc). También recabamos opiniones de las distintas
agrupaciones de productores, industriales, INTA, Universidades, etc).

Fue de gran ayuda haber
entrevistado a representantes de otras cadenas productivas (avicultura, vitivinicultura,
maquinaria agrícola) para conocer que en algunos casos esas cadenas tampoco
contaban con información de calidad pero no había sido un impedimento para
diseñar un plan de crecimiento proyectado.

Con todo esto, me aboqué al
procesamiento y la elaboración del documento de conclusiones que finalmente fue
tomado por la Mesa Nacional Porcina como base para diseñar el Plan Estratégico
y las Metas 2020 del PEA2.

 

 

¿Cuáles
son los aspectos que consideras de destacar del aporte de ese documento?

Sabíamos que la faena del
año 2009 había sido de 280.000 cabezas de un peso promedio de 106 kilos, lo que
permitió producir unas 283 mil toneladas de carne las que sumadas a las casi 36
mil importadas y restando las 5,3 exportadas nos daba que el consumo total era
de 315 mil toneladas. Dividido los 40 millones de habitantes, el consumo per
cápita no alcanzaba a los 8 kg/hab/año. Inferimos que había unas 210 mil madres
en todo el país. Este diagnóstico de la situación confrontado con las
inquietudes relevadas de los integrantes del sector, nos permitió proyectar las
metas. Esta brecha entre la situación presente y la meta futura permitió
diseñar algunas de las políticas públicas que han sido fundamentales para el
desarrollo del sector. Especialmente, puedo destacar que se atendieron los
requerimientos de financiación con planes especiales con tasas de interés
realmente interesantes. Estimo que un 50% del crecimiento de estos años han
tomado estos programas de financiación.

¿Ahora
que han pasado 4 años de ese trabajo, cuál es tu opinión?

La proyección que hicimos
decía que en el año 2013 la producción alcanzaría las 405 mil toneladas (la
real fue de 416 mil) o sea que se han incrementado  unas 50 mil madres en 4 años. La proyección
del consumo era de 9,94 kg/hab/año y lo alcanzado fue de 10,34 kg/hab/año.
Podríamos decir que el consumo creció un 4% más que lo proyectado y se debió
principalmente a que la exportación no se logró y que las importaciones fueron
menores.

También ha habido un
crecimiento de la producción de genética en el país, lo que permite seguir
proyectando crecimiento. Queda aún pendiente que se genere un registro del
plantel de reproductores que cuentan las empresas de genética, de manera de
poder planificar el crecimiento sin conflicto con las importaciones.

¿Por
qué no se han concretado las exportaciones proyectadas?

Creo que hay que analizar el
comercio exterior en conjunto. Si bien se ha exportado menos de lo proyectado,
el balance entre Expo-Impo  era de-
25.000 tt (18.000-43.000) y el real fue de -10.000 tt (6.400-16.700). Esto es
algo destacable ya que permitió atenuar el déficit de la balanza comercial,
sustituyendo importaciones con producción local sin que se haya resentido el
incremento del consumo proyectado.

La experiencia que el sector
vivió en el año 2009, intentando avanzar en el mercado de las exportaciones, no
tuvo continuidad principalmente porque se trató de exportar carcasas a un
precio relativamente menor que el mercado interno. La estrategia debería ser
seguir sustituyendo las importaciones de cortes, atendiendo la estacionalidad
de la demanda industrial. Esto complementado con exportaciones de cortes de
menor demanda interna debería permitir seguir avanzando en el mercado interno
de carne fresca. Esto es algo que el sector tiene pendiente pero no tengo dudas
que se va a avanzar en ese sentido en breve.

¿Cómo
seguirá el crecimiento y qué impacto tendrá en la rentabilidad del sector?

Yo creo que la faena del
2014 rondará las 5.300.000 cabezas consiguiendo unas 465 mil toneladas y no veo
grandes cambios en el comercio exterior , lo que implica que el consumo interno
deberá absorber esa mayor producción alcanzando los 12 kilos/hab/año. Esto será
así porque durante el 2012 y 2013 se han incrementado la cantidad de madres que
producirán este crecimiento. Respecto a la rentabilidad, todo haría suponer que
la misma se mantendrá positiva aunque tendrá que superar algunos baches de
precios producto de menor demanda estacional. Como cualquier actividad que
crece a tasas altas, se producen desajustes que demandan algo de tiempo para
superar. No obstante, es preciso considerar que 
las 50.000 madres que se sumaron en estos años, gran parte de ellas han
sido crecimiento de criaderos existentes, lo que debería resultar en reducción
de costos por dilución de costos fijos y consecuentemente mayor competitividad.
También hay que considerar que en estos años se ha mejorado la productividad de
las granjas, por mayor cantidad de lechones nacidos, mejor crecimiento y mejor
conversión de alimentos lo que también mejora la competitividad. No veo que ese
crecimiento ponga en riesgo a la rentabilidad del  sector y estas mejoras en la competitividad
serán claves para mejorar la oferta para incrementar el consumo de carne
fresca.

En el plan maestro, habíamos
definido 3 etapas:

2010-2013 (Corto plazo):
Definíamos que había capacidad instalada de faena suficiente para procesar el
crecimiento de producción primaria. No obstante esto, se realizaron inversiones
de capacidad de faena, lo que hace suponer que la etapa siguiente, cuenta con
mejor capacidad instalada que la proyección anterior. En esta etapa se
cumplieron las proyecciones.

2014-2016 (mediano plazo):
Estamos transitando por ella y prevé continuar creciendo en producción
primaria, empezar el proceso de exportaciones y existe capacidad instalada de
faena suficiente, solo habría que adaptar algunas instalaciones para los
requerimientos de exportación.

2017-2020 (Largo plazo): Continúa el crecimiento en producción, se triplica el
consumo de carne fresca, continúa el crecimiento de exportaciones. Requiere
inversiones en plantas de faena, industria, frio, logística.

El crecimiento de la faena del año 2016, será la
resultante de las inversiones que se realicen en este año y de no cambiar la
tendencia de estos primeros meses, difícilmente lleguemos a faenar las 515 mil
toneladas proyectadas para lo que habría que instalar unas 18.000 nuevas madres
en el año en curso.

¿O sea que no ves que mantener
este crecimiento ponga en riesgo la rentabilidad?

En términos generales NO, y
seguramente habrá sectores que verán resentida su rentabilidad porque los
precios tendrán una tendencia a la baja. A medida que se vaya avanzando en la
idea disparadora de este proyecto, que es de “cambiar la matriz de consumo de
los argentinos”, debería reemplazarse el hábito de demanda de carne vacuna por
carne porcina pero para esto hay que continuar incrementando la oferta de carne
de calidad y apoyarla con acciones tendientes a sostener este consumo. Debe ser
acompañada por políticas públicas que ya no solamente faciliten las acciones de
financiamiento, sino que debería contemplar promover el consumo, facilitar los
vínculos entre los integrantes de toda la cadena de valor y direccionar las
mismas según las necesidades. Todo esto debería ser regulado de manera que no
genere efectos indeseados en ningún eslabón de la cadena.

Dame
un ejemplo

Asignar recursos a promover
el consumo sin un crecimiento de la demanda generaría un aumento de las
importaciones o los precios; o peor aún lo que ha sucedido varias veces que el
aumento de la demanda no discrimina la calidad y ver “mala calidad” en la
góndola, a mi entender le resta reputación al producto. Hay promocionar lo que
tengamos certeza de poder abastecer y para esto es necesario tener un sector
organizado.

¿Cuáles
serían estas acciones que se deberían impulsar?

En el plan maestro,
proponíamos una serie de 16 medidas de la cuales algunas ya se han puesto en
marcha y otras no. A mi entender, sería importante que el crecimiento de la
etapa en curso sea ordenado y permita llevar a cabo una “planificación
consensuada” entre todos los integrantes de la cadena. Algunas acciones que
están pendientes son:

·        
Direccionar los proyectos hacia zonas de
interés. En esta primera etapa, ha sucedido un fenómeno nuevo en Argentina y
que es el desarrollo de producción porcina en zonas que han sido históricamente
deficitarias (Ej: Salta, Santiago del Estero, La Pampa, Corrientes, San Luis,
La Rioja, Chaco). Esto ha sido posible por los financiamiento facilitadores
pero también por la necesidad de agregar valor a la producción agrícola
alejadas a los puertos. Dado que esta actividad es generadora de trabajo
“permanente” en origen, las políticas públicas deberían considerar la ecuación
general de todo este desarrollo. En el pasado, la supremacía de producción estaba
circunscripta a la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, relegando al
resto del país una participación mínima. El incremento del consumo de carne
fresca, requiere un desarrollo regional de la cadena completa.

·        
Establecer normativas ambientales: Esto es
una necesidad clave para sostener el crecimiento. Las normativas vigentes en la
mayoría de las provincias, son de alcance general y la producción porcina tiene
características que requieren tratamientos especiales, principalmente en los
sistemas en confinamiento donde los efluentes tienen características de ser
semilíquidos y su tratamiento y disposición final no es claro o no permite
aprovechar el valor de los mismos, por ejemplo como fertilizantes, por carecer
de una marco legal ad-hoc.

·        
Promover encadenamientos productivos. En
nuestro país no existen aún producciones encadenadas que permitan a cada uno de
los integrantes, aportar valor con su participación produciendo un efecto
sinérgico y dando un fortalecimiento especialmente a los productores de menores
recursos que son los más vulnerables en los cambios de rentabilidad.

·        
Promover en el diseño y aplicación de estas
políticas la participación de la comunidad científica y académica. Es necesario
que se incluyen dentro de los programas de educación actividades específicas de
la producción porcina para facilitar el acceso a profesionales y técnico que
permitan llevar a cabo una producción competitiva.

 

Para
llevar a cabo esto y otras acciones más, es muy importante que se provea de
recursos a la repartición que debe conducir esta planificación consensuada.

¿Cuáles
son las amenazas que hoy ves a este desarrollo?

Podríamos decir que son las sanitarias. Es relativamente
fácil protegerse de esto. Digo relativamente, porque a mi entender se pueden
tomar los recaudos necesarios para mantener el alto status sanitarios que
Argentina tiene y de ninguna manera debería implicar frenar el crecimiento. Por
ejemplo, lo que se identifica  como un
riesgo de introducción de alguna enfermedad exótica a nuestro país a mi manera
de ver debería realizarse un análisis de riesgo por profesionales especializados
y en función de esto tomar las medidas. Si se trata de la importación de
reproductores la misma podría reducirse al mínimo si contáramos con un registro
de la capacidad de producción en el país. En el plan maestro habíamos propuesto
mejorar las condiciones de cuarentena y también regular la importación de semen
y embriones.

Hay hechos que me hacen ser optimista, recientemente el
Senasa ha hecho circular un instructivo de bioseguridad para resguardarnos de
PED (Diarrea epidémica porcina) que está causando estragos en USA y ha aparecido
en Colombia. Es alentador ver estas acciones preventivas, solo hace falta que
las apliquemos con responsabilidad.

 

¿Sos
optimista?

Sin dudas, veo que se va a
continuar creciendo al ritmo que el plan maestro propuso.  Es una hoja de ruta que de ninguna manera
debe considerarse un corset.

Dejame destacar algunas
cosas que han sucedido y me hace suponer que se mantendrá el crecimiento

         
La agricultura tiene cada día mayor necesidad
de salir de la lógica producción de commodity:comercialización. Se han reducido
los márgenes y los costos de logística tienen un impacto cada vez mayor.

         
La agricultura tiene amenazas ambientales que
lo forzarán a un cambio de paradigma productivo.

         
Si bien se está recuperando el stock bovino,
el crecimiento es lento y se mantiene la oportunidad de sustituir el consumo de
carne vacuna por porcina. La carne vacuna tiene demanda global  insatisfecha en países que no tienen la
posibilidad de desarrollarla. Es fundamental poner en valor el hecho que siendo
la carne porcina la de mayor demanda mundial, es la que menos se transacciona
internacionalmente, es decir que en general los países son autosuficientes. Los
países que mayor consumo tienen son los países desarrollados. Los países en
crecimiento son una oportunidad de abastecer carne porcina.

¿Qué nos falta?

Usando términos futboleros,
diría que estamos en el entretiempo y ganando 1 a 0. En el vestuario hay un DT
y un líder que tienen que mirar al futuro y proponer la táctica.

Este sector ha crecido hasta
los niveles actuales de máximos históricos de faena, comparando con otro sector
de los agronegocios como es la avicultura vemos que hay un abismo pero es
preciso describirlo. Es un sector altamente concentrado (pocos productores
controlan la totalidad de la producción) e integrado verticalmente, produce un
bien demandado pero el mercado interno está cerca del techo. Sector muy
organizado.

Nosotros estamos en una
actividad en la que hay cientos de productores distribuidos por todo el país, la
demanda está cerca del piso y nuestro nivel de organización, aun es
insuficiente.

Es imprescindible que nos
organicemos, que desde el Estado se propongan acciones para llevar a cabo el
objetivo anhelado de duplicar el consumo, que desde las organizaciones que
representan a los distintos integrantes de la cadena productiva se dispongan a
participar de la planificación consensuada de manera que los logros sean
positivos para todos.

Estamos en el vestuario,
ganando 1 a 0 pero no encontramos el DT ni el líder y se nos hace difícil
ordenarnos para el segundo tiempo.

¡Es momento para hacer un
replanteo de la hoja de ruta!

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