Chile – Alerta en Chile por la Diarrea Epidémica Porcina (PED).

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By Redacción Infopork

A fines de noviembre, las autoridades peruanas informaron la presencia de 40 focos del virus de diarrea epidémica porcina (PED), uno de ellos a 30 kms. de la frontera chilena. El virus ha matado a más de ocho millones de cerdos en EE.UU. La industria y el SAG están en campaña para evitar su ingreso a Chile.
La sorpresiva noticia cayó como un balde de agua fría en la industria de cerdos. La detección de 40 focos del virus de la diarrea epidémica porcina -PED, por su sigla en inglés- en Tacna y Moquegua, confirmaba, el 19 de noviembre, la llegada de la letal enfermedad a Perú. Y, peor aún, que uno de los focos está a solo 30 kilómetros de la frontera con Chile.
Hasta ese momento solo se sabía de la presencia del PED en Ecuador y Colombia. Por ello, la relevancia de la enfermedad, que en otros países ha significado la pérdida de planteles completos, movilizó a la industria y al SAG.
Además de reforzar los controles en los pasos fronterizos de Chacalluta -el más riesgoso-, Visviri y Chungará, el jefe del Subdepartamento de Sanidad Animal de la División de Protección Pecuaria del SAG, José Herrera, ha viajado al menos dos veces a Arica, y el jueves pasado hubo una reunión oficial entre el director nacional del organismo, Ángel Sartori, y su par del Senasa en Perú. Trascendió que el encuentro tuvo como objetivo recoger más datos sobre cómo se detectó el virus -en forma tardía, a juicio de algunos- y qué pasos se darán en el país vecino para controlarlo.
Pese a que no se transmite a las personas ni a la carne de cerdo, por lo que no se prohíben las exportaciones, el PED puede significar un golpe duro para la producción, ya que es altamente contagioso y letal.
De hecho, desde su aparición en EE.UU., en mayo de 2013, se han informado más de 5.500 focos en 31 estados, afectando al 95% de la producción, según el Departamento de Agricultura estadounidense. Ese cuadro ha tenido como consecuencia la muerte de unos ocho millones de cerdos hasta ahora, con un impacto en torno a US$ 2.000 millones para la industria de ese país, que es la tercera mayor productora de carne de cerdo a nivel mundial, detrás de China y la Unión Europea.
Además, para el cierre de este año los estadounidenses calculan que el número de cerdos listos para consumo disminuirá más de un 10% solo a causa del virus.
Contagioso y letal
La enfermedad afecta principalmente a los lechones de entre una a cuatro semanas de vida -les provoca vómitos, deshidratación, anorexia y una diarrea acuosa y amarillenta-, se transmite por la feca de los chanchos, por vehículos, por animales como los roedores y a través de la ropa e instrumentos de trabajo de las personas. Además, puede sobrevivir por períodos de tiempo prolongados en las heces y en cualquier objeto contaminado.
Por eso es que en Chile las alarmas están encendidas.
El director nacional del SAG, Ángel Sartori, asegura que, con la presencia de PED en Perú, el riesgo de que llegue a Chile “no es despreciable”, por lo que se están tomando medidas de prevención para evitar que ingrese.
Desde el anuncio de la presencia del virus en Tacna, el SAG puso a andar un plan de desinfección de neumáticos de vehículos y calzado de las personas -los principales vectores del del virus- que ingresan a Chile a través del paso fronterizo Chacalluta, con un rodiluvio y pediluvio, y está informando sobre el riesgo que representa la enfermedad a quienes transitan por ese paso.
Además, realiza una campaña de información entre los productores, especialmente en la Región de Arica y Parinacota, donde la producción es de traspatio, a pequeña escala, a quienes se les pide estar atentos y avisar si se presenta cualquier síntoma en sus animales.
“Hago un llamado a la población para que nos informe si estuvo en contacto con cerdos en el sur de Perú y Lima. También a los productores, para reforzar sus normas de bioseguridad en los planteles de producción de cerdos”, recalca Sartori.
Por otra parte, por el alto riesgo de contagio de la enfermedad, desde comienzos de este año está en vigencia una resolución que prohíbe el ingreso de animales porcinos vivos y hemoderivados desde países donde esté el PED, que rige hasta fin de año y que hoy el SAG evalúa prorrogar.
Impacto en la industria
La industria local concentra sus esfuerzos en evitar el ingreso del PED a Chile, pero adelantan que ya tienen diseñado un plan de contingencia en conjunto con el SAG en caso de que llegue. Este plantea distintos escenarios de reacción de acuerdo con el número de focos que se pudieran presentar y las zonas en que esté el virus.
Hasta ahora no se ha estudiado el potencial daño que podría sufrir la industria porcina nacional, que al cierre del año pasado exportó unos US$ 500 millones y actualmente cuenta con casi tres millones de cerdos.
“Yo creo que estimar las pérdidas que significaría para el sector si llegara el virus es entrar en la especulación, porque es difícil calcular una cifra. Nuestra apuesta es evitar que ingrese”, explica el gerente general de la Asociación de Productores de Cerdos (Asprocer), Rodrigo Castañón.
Sin embargo, asegura que los efectos del PED sobre la producción en EE.UU., por ejemplo, ya están teniendo un impacto en Chile por el lado de los precios, porque se importa alrededor del 18% de la carne de cerdo que se vende en el país, donde en promedio se consumen 26,6 kilos de este producto per cápita al año.
“Chile no es un país que coloque precios, por lo que el alza que ha habido en Estados Unidos está llegando a nuestro mercado, aun cuando el virus no ha entrado”, dice Castañón, en relación al aumento de al menos 10% en los precios de la carne de chancho en ese país.
De acuerdo con un informe de Rabobank publicado a fines de julio, la situación ha impactado al mercado porcino a nivel global y se espera que la tendencia alcista de los precios se mantenga, como efecto del virus, no solo en Estados Unidos, sino que también en Canadá y México -donde está presente la enfermedad y ha tenido consecuencias similares-, y en Japón y Corea del Sur, países importadores.
En el caso de México, que es un productor afectado y al mismo tiempo importador, el informe añade que los precios de la carne porcina ya han subido 25% en un año y podrían elevarse un 5% más al cierre de 2014.
Reacción conjunta
En Asprocer y el SAG creen que es vital actuar en conjunto y contar con estrategias predefinidas para saber cómo prevenir y responder ante un eventual foco.
“Creo que vamos por buen camino y que se nota el apoyo por parte del Ministerio de Agricultura en términos de recursos económicos y humanos. Tenemos un comité técnico porcino permanente en Asprocer, donde participan los veterinarios de las distintas empresas y representantes del SAG, y ha permitido estar preparados”, asegura Castañón.
Pese a esta coordinación entre el sector privado y el público, al representante gremial le preocupa la falta de información que ha habido desde Perú, por lo sorpresivo del anuncio de los 40 focos de PED.
“Necesitamos que en la reunión con el Senasa, el SAG pueda levantar información con las autoridades peruanas para entender qué pasó en Tacna y cómo se ha diseminado la enfermedad, porque su clima es muy parecido al de Arica. Perú tiene que saber que Chile está tomando medidas para prevenir el ingreso”, insiste Castañón.
Dadas las características geográficas de Chile, en la industria creen que el país tiene una ventaja si el virus entrara a Arica. Plantean que, como la producción nacional se concentra desde la Región de Valparaíso al sur, habría un espacio geográfico, con el desierto de por medio, para limitar el contagio.
Sin embargo, el mismo director nacional del SAG advierte que el virus ha demostrado tener una alta capacidad de difusión, como se ha visto en los distintos países a los que ha llegado. Es un aspecto que Ángel Sartori califica como “preocupante”, y que obliga a permanecer en un estado de alerta.
El exitoso plan de prevención de Yucatán
Tras la aparición del PED en Estados Unidos, al poco tiempo llegó a México, donde el virus está presente en todos los estados productores de cerdos, menos en Yucatán.
Más allá de la barrera geográfica que puede favorecer a dicho estado, que está en la punta de esa península en el Golfo de México, el éxito que han tenido al evitar el contagio responde a un exhaustivo plan que elaboraron en conjunto los productores y autoridades.
La empresa mexicana Keken, que maneja unas 52 mil hembras en esa zona, ha estado liderando el programa y su gerente técnico veterinario, el chileno Esteban Ramírez, advierte que el peligro es muy alto y no hay que confiarse.
Lo primero que hizo Keken-que en el último año ha invertido unos US$ 1,5 millones en medidas para prevenir el PED- fue reunir a todos los productores del estado y sus veterinarios, e informarles de la gravedad del virus. Luego sumaron a las autoridades regionales, a las universidades y centros de investigación de la zona, con la idea de sensibilizarlos del riesgo del PED, y a partir de ahí formaron sesiones de trabajo específicas para diseñar un plan con cinco medidas clave.
La primera es reforzar la bioseguridad en el transporte de los cerdos, a lo que se suma la inspección de los camiones en la frontera estatal para verificar que estén libres de heces, reforzar las medidas de seguridad interna de los planteles y plantas procesadoras, incorporar auditorías externas a las empresas, y mejorar la capacitación y comunicación entre las empresas y autoridades.
“En conjunto contratamos inspectores de nivel profesional, veterinarios o agrónomos, que capacitamos para conocer los procesos de lavado y desinfección. Ellos revisan los camiones completamente, con un principio de tolerancia cero a las fecas, y si los rechazan no pueden ingresar a Yucatán y deben pagar una multa de unos $20 mil cada vez”, explica Ramírez.
Si eso ocurre, deben pasar por un lavadero que construyeron especialmente para esto en la frontera con aportes de todos los productores y el gobierno.
Otro punto clave han sido las auditorías externas para revisar cómo están los procesos de bioseguridad en las empresas, para lo que en Keken contrataron a especialistas estadounidenses. “Es un aspecto que ha sido fundamental en nuestro programa. Es muy importante, sobre todo en el área de lavados de vehículos de transporte, porque es el principal vehículo diseminador del virus”, asegura Esteban Ramírez.

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