España es el segundo productor de la UE y el cuarto del mundo. En 2011, el sector aporto 4.500 millones al PIB.
Algunas empresas están demostrando con la crisis que se puede no solo capear el temporal sino crecer y ser eficiente. Un buen ejemplo de esto es el sector productor de porcino en nuestro país, considerado como uno de los más competitivos y profesionalizados, no solo en la UE, sino a nivel mundial. España es el cuarto país productor de carne de cerdo del mundo y el segundo de la UE. Tan solo están por delante de China, EE.UU. y Alemania.
En 2011, este sector aportó 4.500 millones de euros al Producto Interior Bruto español, lo que representa un 34,2% de la producción final ganadera, situándose a la cabeza de las producciones ganaderas. Pero respecto a la producción final agraria su peso alcanza el 12,4% de la misma, lo que da una idea de su gran pujanza.
Actualmente la industria cárnica, con una cifra de negocio de 19.000 millones de euros -un 20% de todo el sector alimentario español- es uno de los primeros sectores industriales de nuestro país, solo por detrás de grandes gigantes como la industria automovilística, la del petróleo y los combustibles, y la producción y distribución de energía eléctrica.
La cabaña ganadera porcina en nuestro país, según el último censo de noviembre de 2011, ascendía a 25.634.869 cerdos, con un leve caída del 0,27% respecto al año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura. El número de explotaciones, según el último censo, se sitúa en torno a las 93.000, divididas aproximadamente en 13.800 en producción extensiva, 74.800 en intensivo y 2.300 mixtas.
Desde el comienzo de la crisis en 2008, el sector ha sufrido un fuerte aumento en el precio de las materias primas agrícolas, lo que ha obligado a la reestructuración, a una mayor profesionalización y esfuerzo adicional, ya que la alimentación supone un 65% del coste total del animal. La cabaña de reproductoras ha pasado de 2,6 millones en 2007 hasta las 2,35 millones del pasado año,asegura el director adjunto de la Asociación Nacional de productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera.
Sin embargo, pese a tener un menor número de cerdas el sector ha aumentasdo el número de sacrificios ya que cada reproductora tiene ahora más crías. Actualmente, la media de lechones por madre se sitúa en torno a 18,5, aún por detrás de países como Dinamarca, con 22,5 lechones, por lo que según Higuera existe un margen de mejora.
Sector sin ayudas
En este sentido, José Luis Noguera, director gerente del Banco de Datos de Referencia del Porcino Español (BDPorc) del IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries – Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias), en el que están censados el 26% de las reproductoras, asegura que se ha producido una auténtica revolución,gracias a la incorporación en los últimos 20 años de la investigación (selección y mejora de las razas), tecnología,especialización de la mano de obra, de manera que actualmente una cerda pueda tener de media 26 lechones destetados al año, siete crías más que hace dos décadas.
Junto a la reconversión que lleva experimentado en los últimos años y «sin ningún tipo de ayudas de la UE» -recalca el director de Anprogapor- este sector altamente especializado ha sabido abrir nuevos mercados dentro y fuera de la Unión Europea. Las exportaciones han supuesto, no solo una tabla de salvación, sino de crecimiento. En el año 2000 las exportaciones se situaron en 419.474 toneladas, cifras que se han ido incrementado hasta los 1,369 millones de toneladas de 2011, fundamentalmente a la UE (principalmente a Francia, Portugal, Reino Unido y Alemania), pero también a territorio extracomunitario, especialmente a China y Rusia, así como Corea y Japón. En el caso del gigante asiático, según Higuera, hay una altísima demanda de manos, morros y orejas, consideradas auténticas «delicatessen».
El aumento de la demanda se debe también a la mejora de la calidad.
El aumento de demanda se debe también a la mejora de la calidad, siendo ahora una carne más magra y con menos grasa, es decir, más saludable de acuerdo a las demandas del consumidor. El éxito frente a otros países productores es su diferencia en la calidad, así como, -añade Higuera- saber posicionar cada producto en el mercado que lo necesita. La nueva normativa de bienestar animal que entrará en vigor plenamente a partir del próximo 1 de enero tras la moratoria de 10 años supondrá una dificultad añadida para aquellos que deban adaptarse, o una oportunidad para seguir produciendo con mayor eficiencia, respeto al medio ambiente y las más óptimas garantías sanitarias, indica Noguera.
Con el fin de seguir trabajando en estos campos, el IRTA convoca con el apoyo de Pfizer Salud Animal los premios Porc d’Or para reconocer el esfuerzo a la excelencia, algo así como los Oscar del sector. Hay un total de 48 premios, tres de ellos especiales: a la máxima productividad, al medio ambiente, sanidad y bienestar animal, y el denominado Porc d’Or con diamante. Los otros 45 galardones se dividen por categorías.
Noguera, director de estos premios, destaca la importancia de estas iniciativas para un sector muy competitivo que exporta uno de cada tres cerdos producidos. Esta industria liga la población al territorio de manera permanente. «Si no hubiera esta actividad, en muchas zonas no existiría nada», asegura.