CUANDO EL BIENESTAR MEJORA LA RENTABILIDAD

Foto del autor

By Redacción Infopork

En Caseros, la producción porcina le quiere seguir dando pelea a la soja con los túneles de viento o camas profundas, simples galpones que permiten optimizar la cría y engorde de porcinos a un costo ínfimo y en menos tiempo.
Cuando el bienestar mejora la rentabilidad
En el departamento Caseros, la producción porcina le quiere seguir dando pelea a la soja de la mano de una tecnología tan sencilla como eficaz: los túneles de viento o camas profundas, simples galpones que permiten optimizar la cría y engorde de porcinos a un costo ínfimo y en menos tiempo. 
«Menos trabajo, mejor conversión y mejor sanidad», le explica Damián Ferrero a Campolitoral, intentando resumir las ventajas de los «túneles de viento» que armó en su establecimiento de 20 hectáreas en Cañar Ladeado. Para este joven productor, estos 10 galpones le permiten manejar 1000 animales, tan sólo con la colaboración de un empleado, con quien comparte una recorrida diaria para monitorear el estado de sus cerdos. «Además se terminó la neumonía», agrega entusiasmado, en referencia a uno de los problemas más recurrentes en los encierres porcinos. 
A Ferrero, estos galpones le simplificaron la vida, también a nivel alimenticio. Le permiten ahorrar 1.000 kg. de balanceado por semana y le posibilitan armar un comedero bajo techo de rollo de chala de maíz, sorgo, gramilla o trigo. De esta manera, los lechones entran con 25 kg. y en 5 meses los saca a la venta con 114 kilos. La confección de los mismos estuvo a cargo de un especialista de origen correntino que vive en la localidad, y que los arma con madera de mora, siempre verde o eucalipto, junto con algunos tutores de quebracho, aunque otros prefieren utilizar armazones de metal, más resistentes pero a la vez más costosos. 
Según este productor, todo pasa por el bienestar animal. Y en estas «camas profundas», los cerdos están tranquilos, en un ambiente que no les es hostil, permitiendo una mejora en los aspectos alimenticios, sanitarios y de manejo frente a los establecimientos tradicionales. Finalmente, a la hora de limpiar, pasa el tractor con un peine que desplaza ese colchón para aplicarlo posteriormente a usos orgánicos. 
Cuestión de escala 
«Tres veces me fundí con los cerdos. Tuve una empresa de fumigación y hasta un boliche, pero después de 10 años volví a los porcinos; esta actividad es una pasión» le dice a Campolitoral Roberto Fedeli, otro productor de la misma localidad, aunque con una escala mucho mayor a la de Ferrero. 
En su establecimiento trabaja con unas 360 madres, implementando en 4 fases el desarrollo y engorde de un animal que es llevado en 153 días a los 105 kg. 
Según su visión del negocio, si en la Argentina pudiéramos implementar un sistema como el español, basado en cooperativas de trabajo que integran a criadores e invernadores, la producción porcina no tendría techo. 
«El talón de Aquiles sigue siendo la gente», analiza, en franca referencia a la histórica desconfianza reinante, mientras recorremos los corrales que está construyendo. Fedeli también apostó por los túneles de viento, aunque bajo otra modalidad. Al costado de las modernas instalaciones de engorde está construyendo tres corrales de cama profunda móviles, que le permitirán mejorar la asepsia. Y va por más «El futuro tiene nombre, y es la maternidad móvil», sostiene convencido. 
Destinatarios 
Más allá de las diferencias, la producción de cerdos en Argentina transita por un camino de cambio que la está llevando a la consolidación como actividad. Esto implica el desafío de mejorar la eficiencia productiva, en especial de los sistemas de pequeña y mediana escala. En la actualidad, estos establecimientos utilizan sistemas de producción a campo con deficiencias productivas de todo tipo que se hace necesario revertir. 
Por eso, la alternativa para mejorar pasa por los sistemas confinados, aunque para muchos productores implican altas inversiones. «Es por esta razón que desde la Experimental de INTA Marcos Juárez hemos comenzado a evaluar los sistemas de producción mixtos que utilizan instalaciones de cama profunda. Estas son de baja inversión y permiten mejorar sustancialmente la performance productiva de los criaderos constituyéndolos en competitivos y sustentables», le dice a Campolitoral el MV MSc Raúl Franco, de INTA EEA Marcos Juárez, encargado del Area de Producción Animal y del Grupo Porcino. 
«Este concepto de producción que es utilizado en varias partes del mundo, en nuestro país busca acercarles una solución productiva integral a aquellos productores de ciclo completo que no superan las 150 madres. Estas instalaciones se utilizan en las etapas de engorde, desde el destete a la terminación y en gestación, mejorando así los índices de conversión y de preñez, respectivamente», asegura. 
Construcción 
A la hora de las sugerencias, el INTA desliza algunas claves a tener en cuenta al decidirse. Estos galpones se deben alojar en la zona alta del establecimiento (no es necesario realizar terraplén), orientados en sentido favorable a los vientos predominantes de la zona, normalmente norte-sur. Las medidas máximas recomendadas de dicho túnel son de 18 a 24 metros de largo, de 6 a 8 metros de ancho y 4 metros de alto en la parte central para asegurar una correcta ventilación, fundamentalmente en verano. 
«En cuanto a la capacidad máxima de engorde se estima entre 70 a 80 cerdos por galpón desde el destete a la terminación, ya que cuando se maneja poblaciones superiores, tanto la logística del manejo de cama como la competencia natural de los animales empeoran los resultados de conversión y engorde», explica el técnico. 
El piso es de tierra, presentando en un extremo una zona de concreto de 3 metros por el ancho del galpón para la ubicación de los comederos y bebedero. El armazón estructural está construido con caños cuyo diámetro depende del tamaño del túnel a construir. La estructura tubular se monta sobre postes de 2 metros de altura. En los extremos del túnel no se construye pared fija alguna, sino que son estructuralmente desmontables. 
Los comederos son de tipo tolva, se pueden disponer en el extremo del galpón sobre una plataforma de cemento de 3 metros de largo por todo el ancho del galpón. Las aguadas se colocan en el extremo donde está ubicado el comedero con el sistema de chupete tazón. 
El techo se puede realizar con membrana de silo bolsa o lona impermeable, se fija en los laterales realizando un pozo, se pasa la lona y se afirma con tierra. 
Leer noticia completa en: www.ciap.org.ar

Deja un comentario