La Delegación en Andalucía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), las asociaciones de consumidores (UCE-A, UCE-Huelva y Facua-Huelva) e Iberandévalo se sumarán hoy al Manifiesto en Defensa de la Raza Porcina Ibérica con el que se reclama la modificación de la Norma de Calidad del Ibérico, promulgada en 2007 por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Dicho documento fue promovido por las organizaciones empresariales de Huelva, Sevilla y Córdoba (FOE, CES y CECO), las Cámaras de Comercio de esas mismas provincias, las organizaciones profesionales de agricultores y ganaderos (Asaja y COAG), así como las asociaciones del sector de la industria cárnica, Denominaciones de Origen y empresas productoras de jamón y derivados del cerdo ibérico. Los rubricantes de este manifiesto quieren que esa normativa -cuya redacción se inició con el objetivo de preservar la raza porcina ibérica, la dehesa y los valores añadidos que en torno a ella se han desarrollado- se modifique con la intención de establecer una distinción clara entre el cerdo ibérico (sin cruces) del cerdo cruzado con la raza duroc, de forma que se garantice la singularidad de la raza porcina ibérica, identificándola con los mejores productos.
Básicamente, se trata de reclamar un cambio de estrategia en el sector hacia valores tradicionales que preserven este sector productivo, que es base de la industria agroalimentaria onubense y uno de los productos de más alta calidad de la provincia conocido y reconocido a nivelinternacional.
La cabaña ganadera del porcino ibérico experimentó un crecimiento descontrolado a raíz de la publicación de la norma de calidad, alcanzando a finales de 2007 y principios de 2008 el pico de mayor producción. Por entonces la cabaña del ibérico de montanera se situó en 1,5 millones de cabezas de ganado y fue disminuyendo progresivamente hasta alcanzar las 640.000 este año, debido a la crisis. Mientras, el ibérico de cebo cifró su máxima producción en 5 millones de cerdos, que se ha ido reduciendo hasta los 2,2 millones actuales. Un ejemplo del crecimiento desmesurado es la comunidad de Murcia que pasó de tener 14.000 cerdos de cebo en 2010 a los 117.000 del año pasado lo que supone multiplicar el número casi por diez. El aumento de la cabaña provocó una caída de los precios.