Para poder reducir la huella medioambiental de las explotaciones de porcino es
necesario conocer todo el ciclo de producción, así como saber qué influencia
tendría sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, los posibles cambios
que se aplicaran en toda la cadena de producción, desde los cultivos usados en
los piensos hasta los métodos de gestión de los subproductos. Para ello, a
través de un proyecto financiado por el Departamento de Agricultura de EEUU
(USDA), investigadores de las Universidades de Arkansas, Purdue y Virginia Tech
están desarrollando un modelo sostenible de la producción porcina.
El objetivo es contar con una herramienta que permita demostrar el impacto
medioambiental que se genera al introducir un cambio en el sistema productivo.
Por ejemplo, el modelo mostrará cómo variando la dieta de los cerdos se influye
en la cantidad y tipo de cultivos necesarios para las raciones, así como en el
carbono emitido por las flatulencias de los cerdos.
El modelo, basado en algoritmos, proporcionará tanto el impacto medioambiental
como el impacto económico. De esta forma, si se decide cambiar aminoácidos por
proteínas vegetales, el modelo podrá indicar como varía el impacto
medioambiental, así como la variación en la producción que se ha generado.
El modelo es flexible y puede adaptarse geográficamente, incluyendo los factores
meteorológicos, que afectan a las decisiones de calefacción o refrigeración en
las explotaciones y a la cantidad de purines que se puede aplicar en el suelo
sin afectar a la calidad del agua.
El trabajo incluye un proyecto en el que los investigadores eliminan el
nitrógeno y el fósforo de las deyecciones y utilizan los nutrientes para crecer
algas como forraje que puede ser transformado en biocombustible.