Son más de 20 los Tratados de Libre Comercio (TLC) que Chile firmó con 56 países. Ello abre las puertas a un mercado potencial de 4.000 millones de habitantes, que representa a más del 85% del PIB mundial.
Con la estructura y el tamaño actual de la economía chilena, le es imposible por sí solo aprovechar o desarrollar las oportunidades de comercio que se le presenta a partir de tener acceso 4.000 millones de consumidores, y que además corresponde a las zonas de más rápido crecimiento y dinamismo en el mundo, entre ellos el sudeste asiático con China a la cabeza.
Estos TLC impulsan al país trasandino a provisionarse de insumos en los países vecinos, para una vez ingresados a su territorio y ser objetos de alguna transformación o agregado de valor, salga hacia aquellos mercados en los que entra con preferencias arancelarias.
Por ejemplo, Chile exporta carne de cerdo a Corea, y entra con menos aranceles que si fuera carne de origen argentino, pero como no poseen suficiente disponibilidad de granos para la producción porcina, su proveedor en cantidad y calidad de granos para alimento balanceado es Argentina, lo que en definitiva sería una exportación indirecta a Corea bajo el sello chileno.
Paraguay podría sumarse a la cadena
Si Chile y Paraguay se transforman en socios comerciales a través de un encadenamiento de bienes entre productos paraguayos y chilenos, los beneficios que trae consigo la red de acuerdos comerciales suscritos por Chile, también podrían r beneficiar indirectamente a nuestro país.
En este caso, después de cumplir un proceso mínimo de transformación en Chile podrán ser exportados a los mercados en los cuales Chile goza de los beneficios mencionados, iniciativa que cobra mayor relevancia en mercados como los asiáticos donde existen altos aranceles, cobro del cual Chile queda liberado gracias a los acuerdos comerciales y, por lo tanto, indirectamente tendríamos una importante ventaja competitiva.
El programa chileno
Con este programa, el país trasandino busca que empresarios de terceros países se integren junto a Chile, en un proceso de complementación productiva para exportar a los mercados “destino”, en los cuales Chile goza de acceso preferencial.
Son diversas las ventajas que trae consigo un proyecto de este tipo, por mencionar algunas, se aumentará el volumen de exportaciones de los países parte, y se fortalecerán las relaciones comerciales existentes entre los empresarios.
En definitiva, no se trata de vender productos de un país a otro, sino de generar alianzas estratégicas de carácter mundial, en un proceso de integración productiva que involucra a tres partes: El país socio, Chile y el país de destino.
En tal sentido, un encadenamiento productivo es un proceso que involucra tres etapas, la primera corresponde a la exportación a Chile del material o partes (insumos) desde el país socio.
Dichos insumos ingresan a Chile casi en la mayoría de los casos libres de arancel, siempre que cumplan con las normas de origen (dependiendo del Acuerdo Comercial existente). A tal efecto, el arancel efectivo promedio para las importaciones a Chile el año 2009 fue del 1%.
La segunda etapa es el proceso de transformación de esos insumos en Chile para convertirse en un bien final, que cumple con la norma de origen para acogerse a la preferencia arancelaria que tiene ese bien final en el mercado destino.
Por último y en tercer termino, tenemos la exportación del bien final, que habiendo cumplido la norma de origen, se acoge a la tarifa preferencial que otorga el TLC entre Chile y el mercado de destino que son mas de 56 países.