Una disminución en los aranceles del 70% al 40% han terminado de impactar la situación de los porcicultores a pesar que aumentaron la producción para exportar.
Los productores de cerdo aumentaron la producción en un 6% para lograr ser más competitivos y exportar a otros mercados, sin embargo, la iniciativa no prosperó por no contar con las infraestructuras necesarias.
Este fallido intento provocó una saturación de carne de cerdo en el mercado, por lo que se vieron obligados a bajar sus precios.
Aníbal Bocaranda, presidente de la Asociación de Porcinocultores de Panamá (Anapor), aseguró que la actividad puede desaparecer. La rebaja de los aranceles en un 30%, agregó Bocaranda, es “la estocada final” para un sector que está fuertemente golpeado.
Al importar más carne de cerdo, se cierra el mercado local para la venta de este producto, el cual representa solo un 2.8% del consumo total de carne y ello obliga a los productores a bajar sus precios para lograr ser competitivos. Con esta reducción no se beneficia al precio del consumidor, sino a un grupo minoritario que saca provecho para las fiestas de fin de año, dijo Bocaranda.
Según el productor, no se justifica que el consumidor pague entre US$2.45 y US$2.50 por la libra de carne de cerdo, cuando los intermediarios la compran a US$1.30.
Actualmente el costo de producción del cerdo está por el orden de US$1.20 la libra, y el productor solo gana el 8%, lo que hace que la actividad no sea rentable.
En Panamá se sacrifican 34 mil cerdos por mes y el consumo per cápita es de 22 libras.