MÁLAGA. El sector porcino teme las secuelas económicas de la nueva gripe

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By Redacción Infopork

La paralización de la venta de cerdo a Rusia afecta a los dos grandes mataderos malagueños.

Situación del sector:
Explotaciones: Alrededor de 400 en total. La mayoría de ellas se ubican en el norte de la provincia.
Facturación: En torno a los 73 millones de euros.
Producción: 279.609 cerdos de cebo al año.
Cerdas reproductoras: Se calculan 33.531 en total, según Asaja. De ellas, 30.736 son de producción intensiva (animales confinados) y 2.795 de extensiva (animales sueltos en los campos).

La decisión de Rusia de vetar las exportaciones de carne de cerdo procedente de España ha levantado ampollas en el sector. Pese a que a finales de esta última semana se anunciaba el levantamiento parcial del embargo (se hará de manera paulatina y sólo en el caso de aquellas provincias rusas donde no se haya registrado ningún caso de la nueva gripe), los empresarios del porcino han dejado claro su enfado y muchos creen que la medida tendrá sus consecuencias en un mercado que supone el 5% de las exportaciones españolas.

La mayoría opina que detrás de este veto se esconden intereses políticos y económicos no oficiales, sobre todo porque, según asegura la industria, los cerdos no tienen ninguna culpa en la propagación de una enfermedad que casi ha provocado una histeria colectiva en muchos países. Málaga tampoco ha escapado de la ‘trampa’ rusa. En 2008 la provincia exportó a ese país 1,7 millones de kilos de carne y despojos comestibles (la mayoría productos derivados del cerdo) por valor de más de 2 millones de euros, según los datos oficiales de aduanas. Las cifras se han ido incrementado notablemente en los últimos tiempos, ya que hace solamente seis años el valor de las transacciones ascendía a unos 452.200 euros.

Rusia supone aproximadamente entre un 4% y un 5% de las exportaciones de porcino desde Málaga, según afirman los principales mataderos que venden una buena parte de su producción al mercado exterior: Famadesa y Faccsa-Prolongo. El secretario provincial de Asaja, Carlos Blázquez, asegura que no existen motivos para el veto desde un punto de vista sanitario. «Ni en España ni en Europa hay ningún problema con los animales», afirma al tiempo que sugiere una probable razón encubierta: «Posiblemente venga bien a los ganaderos rusos para mejorar su mercado».

En cualquier caso, desde Asaja mantienen que el consumo de carne de cerdo en Málaga no ha disminuido nada. En este sentido, parecen haber surtido efecto los mensajes de los gobiernos y de la propia industria de que es imposible infectarse comiendo filetes o hamburguesas. Todo ello a pesar de algunas informaciones contradictorias de la Organización Mundial de la Salud, que el miércoles advirtió de que la carne de animales infectados por la nueva gripe podría contener el virus, para seguidamente recalcar que las cadenas de seguridad alimentaria hacen prácticamente imposible que esos productos lleguen al consumidor. Juan Antonio García, portavoz en Málaga de la organizaciónagraria COAG, se queja precisamente de los males que puede generar esta confusión en un sector ya de por sí bastante azotado por la crisis. «Rusia ha aprovechado este tema para proteger su producción, cosa que Europa nunca hace», apunta.

Mataderos que exportan

Los responsables de las grandes empresas de la provincia también se muestran preocupados. Federico Beltrán, presidente de Famadesa, confiesa que entre un 5% y un 10% de las exportaciones de su producción van al mercado ruso. Beltrán espera que el conflicto se acaba resolviendo definitivamente en pocos días, entre otras cosas porque, de lo contrario, la industria exportadora tendría que incidir en otros países y los precios acabarían bajando todavía más. Desde Famadesa salen cada semana para Rusia más de 40.000 kilos de carne de cerdo congelada, sobre todo magro, tocino y papada, que son los productos más demandados. Ramón Soler, director general de Faccsa-Prolongo, habla de una «injusticia total»: «Es algo que nos perjudica mucho y no resuelve nada. Estamos muy enfadados porque nos supone muchos perjuicios».

De hecho, justo antes del veto, esta empresa con sede en Cártama tenía rumbo a Rusia contenedores enteros que tuvieron que quedarse en el camino. Soler teme que esta circunstancia venga a agravar la crisis que vive ahora el sector, teniendo en cuenta también la «mala publicidad» que la gripe ha aplicado «inadecuadamente» a un animal como el cerdo. «Siempre habrá gente que diga: pues no como», lamenta el responsable de Faccsa-Prolongo.

Juan Carlos Rodríguez, gerente de Agropecuaria del Sur (cooperativa que agrupa a cientos de granjas de Andalucía), indica que Rusia es más bien un mercado marginal, que demanda sobre todo
productos baratos. Pese a que su entidad no toca las exportaciones (su producción se distribuye sobre todo dentro de la comunidad autónoma), Rodríguez admite que medidas de este calado siempre pueden repercutir en un sector que no pasa por sus mejores días.

«El problema que tiene aquí el porcino es que tenemos unos altos costes de producción porque los niveles de calidad son muy superiores a los de otros países. Pero el precio es el mismo, por lo que aquí estamos en una situación de desventaja», subraya el responsable de Agropecuaria del Sur. Por esta razón, el sector lleva años reclamando a Bruselas una producción en igualdad de condiciones para mejorar la rentabilidad de las explotaciones.

El ibérico, desplomado

De un tiempo a esta parte, los precios están por los suelos, sobre todo en lo que se refiere al cerdo ibérico. Asaja alerta de que los ganaderos de Málaga especializados en ibéricos llegan a perder entre 40 y 70 euros por cada animal y sus ingresos se han reducido en torno a un 50%. Hoy por hoy, según esta organización agraria las explotaciones están por debajo del umbral de rentabilidad, ya que hace un año se pagaban 32 euros por arroba (unidad de medida equivalente a 11,5 kilos de carne) y ahora se venden con dificultad a 16. En la COAG son todavía más pesimistas y aseguran que por cada cochino cebado ibérico se pueden perder hasta 150 euros.
En el caso del cerdo blanco, la situación no es tan mala, aunque los precios parecen haberse estancado. Carlos Carreira, técnico de Asaja, explica que en este segmento el precio está a 1,18 euros por kilo, prácticamente igual que hace justo un año.

«Están bastante estables, pero en el margen de la rentabilidad», subraya Carreira, quien admite, eso sí, que el sector del porcino siempre se ha caracterizado precisamente por los ciclos, alternando épocas buenas y malas, las cuales vienen dadas en función de muchos factores, desde el coste de los piensos hasta la situación económica mundial.

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