En la Zona Metropolitana de la Ciudad de México se procesa cerca del 24 por ciento de la producción nacional de carne de cerdo obtenida del sacrificio anual de 17 millones de puercos, cifra que se ha mantenido constante en los últimos cinco años, no obstante a la preocupación de los integrantes de ese sector por la variación en los precios de los granos y el incremento en los insumos a nivel mundial.
Al concluir el 1er. "Seminario Internacional de Productividad Porcina", donde participaron expertos, investigadores de instituciones públicas y privadas, así como profesionales en medicina veterinaria de diferentes países, productores porcícolas coincidieron en la necesidad de invertir en el material diverso en las granjas tecnificadas de todo el país para mejorar el producto.
En particular, el encuentro sirvió para demostrar las bondades de la vacuna o inmuno-castración denominada Improvac -elaborada por Pfizer Salud Animal- la cual se aplica ya desde hace dos años en el país y sustituye la castración quirúrgica en puercos para eliminar el olor a verraco en la carne de canal que es producida por hormonas sexuales y sustancias del animal para atraer a la hembra, entre otros beneficios a favor del medio ambiente, entre otros.
La vacuna porcícola es aplicada en dos intervalos de manera sencilla y sin métodos crueles como la castración quirúrgica, una en las primeras semanas de vida del puerco y la otra pocas semanas antes del sacrificio del animal, tiene un costo aproximado de 60 pesos en México.
En tanto que incrementa su valor en otras naciones desarrolladas del mundo donde los expertos aseguraron se han obtenido los resultados esperados con esa vacuna inmunológica, misma que también es aplicada ya desde más de dos años en algunos países de Latinoamérica como Brasil, Costra Rica, Colombia, y Guatemala, con mejoras en la producción y en la calidad de la carne.
Durante el encuentro de tres días, los porcicultores mexicanos comentaron también que entre la problemática del sector está la interpretación de la ley por parte del personal de inspección sanitaria que operan en rastros y en distintos eslabones de los centros de distribución y comercialización, muchos de los cuales tienen una actitud muy resistente al cambio y avance tecnológico.
Respecto a la volatilidad de los granos y los insumos, los productores coinciden en señalar que por varias de esas razones han salido del sector productivo empresas que no pudieron o no tuvieron la capacidad de hacer frente ante tales eventualidades.
"En tiempos de crisis alguien me comentó que teníamos que hacer dos cosas: o levantarnos en armas o levantarnos más temprano, y lo que nos toca es hacer lo segundo, es decir, a trabajar más, no hay de otra. Así lo veo. El Gobierno está haciendo su trabajo, y nosotros como sectores productivos estamos tratando de hacer el nuestro", afirmó el doctor Dámaso Aragón Vera.