Además de los reclamos por la ganadería, la lechería, las economías regionales y hasta el mayor peso que hoy significan retenciones del 35% ante un escenario con precios de los granos en baja, detrás del paro del campo también está la preocupación de los productores por la fenomenal caída de rentabilidad entre la campaña pasada y la actual, debido a los mayores costos en semillas, fertilizantes y agroquímicos que acompañan a la caída de las commodities .
En general, sembrar una hectárea cuesta entre un 40 y un 50% más, según el cultivo. Hoy, en trigo, se calcula que la ganancia que se puede obtener por hectárea se ubica en casi el 40% de la lograda en 2007, respectivamente. Son números para campo propio de la zona núcleo. Mientras tanto, en maíz arrojaría pérdidas. En cambio, en soja, la rentabilidad esperada supera el 60% de la de 2007, según datos privados.
Con mejores cifras, otra vez la soja va camino de una siembra récord. De todos modos, en campo alquilado, donde se realiza casi el 60 por ciento de la producción, los márgenes dan en muchos casos negativos. Los diagnósticos sobre el nuevo escenario para la rentabilidad del sector coinciden en sus trazos gruesos, y los productores aportan sus cuentas. Un informe que elaboró Guillermo Aiello, de la empresa semillera 3-El Semillas, abunda en ejemplos en ese sentido.
En la última campaña, en campo propio en trigo, con un rinde de 4500 kilos por ha y precio promedio de venta de US$ 200 la tonelada, el resultado final que ofreció una hectárea de trigo fue de 234,65 dólares por hectárea. El costo considerado fue de US$ 350 la hectárea. Por el contrario, para la campaña 2008/2009, con precios de venta de 168 dólares al jueves pasado y costos de producción de 440 dólares por hectárea, casi 100 más que en el último ciclo de producción, la rentabilidad resulta ser US$ 91,91 por hectárea. "La rentabilidad del trigo es un 39,17% de la correspondiente a la campaña anterior", explicó el especialista.
Análisis
El análisis de la rentabilidad es crudo para el maíz. Si el año pasado, con un precio promedio de venta de 145 dólares la tonelada y un rinde de 9000 kilos dejaba US$ 342,23 en campo propio, tras descontar un costo de US$ 450 la hectárea, ahora hay que esperar otra cosa.
El cálculo de Aiello indica que la rentabilidad se torna negativa en US$ 42,30 por hectárea, esto es, tomando en cuenta las variables de un valor promedio de venta de US$ 97 -al jueves último- y un costo de producción de 630 dólares la hectárea, con tecnología de punta.
Por ser un cultivo que demanda altas dosis de fertilizantes, semillas y herbicidas más caros, la suba de costos le pegó como a ningún otro grano. "En el caso del maíz, la rentabilidad es de menos 12,36% de la campaña 2007/2008", apuntó Aiello.
Pero también afectada por la suba de los costos y los menores precios, la rentabilidad para la soja no queda tan mal, pese a que también resulta menor respecto de la última campaña. La soja, que según el estudio reportaba un resultado para el bolsillo de 354,25 dólares por hectárea en la última campaña (con un promedio de valor de venta de 280 dólares, un rinde de 3500 kilos y 260 dólares de costos de producción), ahora dejaría US$ 224,09 (con un promedio de valor de venta de US$ 245 y costos de producción por US$ 350).
La rentabilidad de la soja sería del 63,26% de la que ofrecía la última campaña. "El único grano que mantuvo una rentabilidad razonable en relación con la campaña anterior es la soja", precisó. Quizá por ello, y porque por su menor costo permite hacer dos hectáreas donde se iba a sembrar una de maíz, la soja se perfila otra vez para una siembra récord, pese al embate del Gobierno por "desojizar" el país.