Una de las mayores inquietudes que se ha presentado en el último año en el mundo tiene que ver con la seguridad alimentaria y Colombia no se quedó atrás en el debate.
La Cámara de Representantes propuso una plenaria especial para discutir cuáles son las garantías que existen en el país sobre el abastecimiento de alimentos y cómo se ve afectado por la producción de biocombustibles.
La plenaria, que ha sido aplazada en dos oportunidades sigue en pie, sin embargo, el ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias Leiva, habló sobre el tema y recalcó que “el desarrollo de combustibles limpios representa una oportunidad para los colombianos y no un riesgo para la seguridad alimentaria”.
Con esta premisa, el funcionario aclara las dudas que surgen alrededor de uno de los proyectos productivos más ambiciosos del sector, convertir al país en potencia latinoamericana en desarrollo de biocombustibles.
Una de las inquietudes de los congresistas es si la Nación está preparada para un cambio de mentalidad agropecuaria y para destinar grandes extensiones de tierra a los monocultivos (palma y caña, entre otros), a lo que Arias responde que Colombia cuenta con 17 millones de hectáreas para la producción agrícola, factor que hace posible un incremento del área para la siembra de materias primas destinadas a la producción dichos combustibles, sin tocar la producción de alimentos para el mercado local.
En el territorio nacional, 111.336 hectáreas están destinadas a biocombustibles (palma de aceite y caña de azúcar), lo que representa 2,3 por ciento del área total sembrada y 0,4 por ciento del terreno con potencial cultivable.
Hoy Colombia cuenta con 26,4 millones de hectáreas subutilizadas en ganadería extensiva, de las cuales 17,3 millones de hectáreas tienen potencial para el desarrollo agrícola y 9,1 millones de hectáreas para el desarrollo forestal donde es viable producir materias primas para combustibles limpios a base de palma, higuerilla, yuca, madera, caña de azúcar y sorgo, entre otros productos.
Según el ministro, existen 7,4 millones de hectáreas libres para sembrar productos destinados a la materia prima. “Los estudios demuestran que hay 3,5 millones de hectáreas para palma de aceite y 3,9 millones de hectáreas para caña distribuidos en distintas regiones”, dijo Arias.
Actualmente, una de las estrategias que implementa el Minagricultura para incentivar la participación de los pequeños productores al negocio de los biocombustibles de manera sostenible es a través del apoyo y la financiación de las plantas de producción (etanol y biodiesel) a pequeña escala, como la fábrica de etanol en Barbosa, que produce 5.000 litros del combustible al día.
Sobre la discusión, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, también invitado a la plenaria, aseguró que el país debe aprovechar el desarrollo agropecuario, los tratados comerciales y la eficiencia de dos de los mejores productos (palma y caña) para producir biocombustibles, todo esto sin afectar la seguridad alimentaria, que preocupa por estos días a los representantes del Congreso.
¿Cambió el uso de la tierra?
“En los proyectos de producción de biocombustibles que están funcionando en el país no se ha hecho ningún cambio de utilización de áreas. Los proyectos de etanol utilizan la producción de caña de azúcar existente, así como los de biodiésel usan la producción de palma de aceite que ya estaban sembrados”, explicó el ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias. Aclaró que para la futura ampliación de zonas destinadas a la consecución de materia prima para biocombustibles ya existen lineamientos y una política clara en el Conpes 3540, donde se recalca la necesidad de garantizar un desempeño ambientalmente sostenible, que además garantiza la generación de empleo y la seguridad alimentaria.