Por Manuel Alvarado Ledesma – Exclusivo Agrositio
Ya a esta altura del mes de enero, pocas dudas quedan: la cosecha de maíz no será la pronosticada.
Ya a esta altura del mes de enero, pocas dudas quedan: la cosecha de maíz no será la pronosticada. El clima ha golpeado con crudeza y las lluvias no
fueron lo suficientemente amplias en su espectro geográfico así como tampo en su intensidad, sobre todo en el momento de mayor requerimiento, cuando se
daba la polinización.
Así, la Argentina tendrá un papel menos relevante que el esperado, en el mundo. El tema, a nivel internacional, no es menor ya que la Argentina es un
jugador comercial de primera. Las exportaciones del país son relevantes en la composición de las exportaciones.
Como ya sabemos la situación es delicada en EE.UU.
La presión adicional, proveniente de la industria norteamericana del etanol, es un elemento tan importante como el clima de la Argentina para la
formación de los precios del cereal.
La cosecha en EE.UU. se calcula en aproximadamente 332 millones de toneladas, bastante menos que lo pensado hace tan sólo unos treinta días
atrás.
Pero donde la cuestión toma un cariz dramático es en los stocks, 2007/2008. De cerca de 46 millones del mes pasado se ha pasado a alrededor de 36,50
millones de toneladas. El crecimiento en el uso de maíz para forraje está pegando duro en las existencias.
Las reservas mundiales son comprometidas y ahora la Argentina está dando indicios de una cosecha menor a lo calculada.
La cosecha mundial rondaría en un nivel de tan sólo 765 millones de toneladas, se trata de un volumen sustancialmente inferior al calculado hace
un mes, cuando se hablaba de una producción de 769 millones de toneladas, aproximadamente.
En este contexto, los fondos del inversión probablemente tienda a jugarse más por este cereal.
El hemisferio sur no cubriría las expectativas y así deberíamos encontrarnos en poco tiempo en medio de una tormenta mundial.
La cosecha de Brasil sería de unos 50 millones de toneladas, es decir que no cambiaría mucho el cuadro. Y la Argentina tendría una cosecha de apenas 20 o
21 millones de toneladas, lo que afectaría su volumen de exportación.
Ajústense los cinturones, señores, que parece que el avión va a pegar un salto.